
Mostafa Ahmadi Roshan, de 32 años, subdirector de la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, murió este miércoles cuando dos hombres en una motocicleta se detuvieron junto a su automóvil, atrapado en un embotellamiento de tránsito en Teherán, colocando una bomba magnética que lanzó una mortífera explosión hacia el interior del vehículo.
En dicha explosión también murió el chofer y guardaespaldas de Ahmadi Roshan, mientras que un tercer ocupante del Peugeot 405 sufrió heridas.
Otros tres científicos iraníes, de los cuales por lo menos dos también trabajaban en el controvertido programa nuclear, murieron en atentados, mientras que otro, que actualmente dirige la Agencia de Energía Atómica de Irán, escapó justo a tiempo.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad; quien se encontraba en una gira por Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador; prometió que su país «resistirá» a las presiones y los «insultos» de Occidente a causa de su programa nuclear.
«La comunidad internacional sabe que las potencias hegemónicas no soportan el progreso y el avance de los pueblos independientes. El problema de Irán no es el programa nuclear, el problema de Irán es el progreso y la independencia», declaró la noche de este jueves en Quito.