
Según la prensa suiza, las operaciones con divisas habrían dejado a la pareja beneficios cercanos a los 60.000 euros. En concreto, el 15 de agosto, cuando el tipo de cambio entre el franco suizo y el euro rozaba la paridad, Kashya Hildebrand compró 512.000 dólares americanos con el dinero logrado por la venta de una propiedad. Dos semanas más tarde, su marido fijaba un tipo de cambio fijo que «ataba» el franco suizo al euro, provocando una importante subida del tipo de cambio.
Después de que Christoph Blocher informase en diciembre a la entonces presidenta de Suiza, Micheline Calmy-Rey, Hildebrand sometió sus cuentas personales a un control exhaustivo de las autoridades federales, quienes no detectaron motivo de reproche. De hecho, tanto el Consejo Federal (Ejecutivo) como el banco emisor confirmaron la semana pasada su confianza en el banquero número uno de Suiza.
A diferencia de lo que ocurre con el Banco Central Europeo o con la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Nacional de Suiza no obliga a sus altos directivos a poner sus bienes a disposición de un trust administrado por terceros. Esta permisividad hace que no sea imposible que un alto cargo pueda especular con divisas a título privado.