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El año entrante promete numerosos avances en la ciencia. Los exploradores polares rusos planean penetrar por primera vez en el lago subglacial Vostok en la Antártida, la sonda espacial “Voyager” podrá abandonar nuestro sistema solar mientras que los físicos intentarán sintetizar el elemento número 119 de la tabla periódica de Mendeléyev, descubrir el bosón de Higgs y poner en marcha el reactor de neutrones más potente del mundo.

Expedición al misterioso lago Vostok en la Antártida

Expedición polar rusa reanudará en enero la perforación de un pozo hacia el lago subglacial Vostok, ubicado en la Antártida y aislado del resto del mundo desde hace millones de años. Falta por perforar entre 10 y 50 metros de hielo, lo que ocuparía dos o tres semanas.

En el lago pueden existir formas de vida muy especiales que se desarrollaron en absoluta oscuridad en condiciones de baja temperatura y alta presión.

La perforación del pozo terminará en cuanto aparezca el agua del lago, que subirá y llenará el pozo antes de congelarse. Los exploradores volverán a ese lugar dentro de un año para retirar el hielo recién formado y buscar en él organismos vivos que pueden habitar el misterioso lago.

La sonda espacial “Voyager” abandonará el Sistema Solar

La sonda espacial estadounidense “Voyager 1″ podría por fin abandonar nuestro sistema solar y adentrarse en el espacio interestelar. Lanzada en 1977, la sonda era destinada a investigar los planetas gigantes pero aún sigue funcionando y se encuentra a una distancia de 18.000 millones de kilómetros del Sol.

En búsqueda del bosón de Higgs

Físicos del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) que trabajan en el Gran Colisionador de Hadrones, no pierden la esperanza de descubrir el bosón de Higgs, una partícula hipotética que provee de masa a todo en el Universo.

Esta partícula, también llamada “Partícula de Dios”, es el último elemento faltante en el Modelo Estándar de la física de partículas. Los investigadores analizan los datos sobre las colisiones entre protones en el colisionador y buscan acontecimientos que pudieran ser resultado del nacimiento y desintegración del bosón de Higgs. Se necesita acumular suficientes datos sobre las colisiones para poder descubrir el bosón entre los acontecimientos corrientes.

Otro paso más por la tabla de Mendeléyev

Científicos del Centro de Investigación de Iones Pesados (GSI) en Alemania iniciaron un experimento para sintetizar el elemento número 119 de la tabla periódica de Mendeléyev. El elemento número 118 -el más pesado que se ha descubierto- fue sintetizado en el Instituto de Investigaciones Nucleares de Rusia.

El grupo de físicos alemanes encabezado por Christoph Duellmann hará colisionar los núcleos de Titanio-50 y Berkelio-249 en el acelerador linear de partículas UNILAC. Este mismo grupo y otro dirigido por Horst Stoecker ya intentaron -independientemente uno del otro- sintetizar el elemento número 120 pero no lo consiguieron.

Puesta en marcha del reactor nuclear experimental de neutrones en Rusia

Se espera que en 2012 sea puesto en marcha física el reactor nuclear experimental de neutrones (PIK) construido en Rusia. Bautizado como “obra de nunca acabar” heredada de la Unión Soviética, este reactor debía ser la fuente de haces de neutrones más potente del mundo.

Estos haces se utilizan en la ciencia moderna como “súper microscopios” capaces de atravesar distintos materiales y “ver” detalles de su estructura equiparables al más diminuto átomo por sus dimensiones. Los neutrones permiten estudiar las moléculas y materiales biológicos transparentes para los rayos X y rayos gamma.

Como resultado, se puede ver la dinámica de los átomos, o sea “filmar una película” en vez de tomar imágenes estáticas.

El “corazón extra” será ensayado en humanos

Investigadores y médicos del Centro de Trasplantes y Órganos Artificiales ‘Shumakov’, situado en Moscú, procederán en 2012 a los ensayos en humanos del “corazón extra” artificial. Se trata de una mini pompa implantada que permitirá a las personas con problemas cardíacos restablecerse o esperar el trasplante de corazón de donante. Los científicos ya lo ensayaron en animales.

Rusia compra actualmente estos dispositivos en el extranjero a 250.000 euros. Se calcula que los análogos rusos podrán ser cuatro veces más baratos.

(Tomado de RiaNovosti)