Y ¿qué planea la OTAN en Siria?
Ya ha instalado un centro de comando y control en la provincia Hatay del sur de Turquía –donde comandos británicos y los servicios de inteligencia franceses están entrenando al autoproclamado y sospechoso Ejército Siria Libre (Free Syria Army, por sus siglas en inglés). El objetivo es bien claro: avivar una guerra civil que afecte el norte sirio.
Desde su sitio web la ex denunciante del FBI de EE.UU., Sibel Edmonds, ha asegurado el comienzo de un movimiento de pinzas involucrando a Jordania.
Edmonds cita fuentes locales según las cuales «cientos de soldados que hablan lenguajes que no son árabe» han estado «moviéndose entre… la base aérea Rey Hussein en al-Mafraq» y «aldeas jordanas adyacentes a la frontera siria».
La base de al-Mafraq está prácticamente al otro lado de la frontera desde Dar’a. Recientemente ha habido mucha actividad en Dar’a – un epicentro del movimiento contra el presidente Bashar al-Assad. En lo que respecta a la agencia noticiosa Sana, fuerzas de seguridad han sido muertas rutinariamente por «bandas terroristas». Para los «rebeldes» son desertores patrióticos del ejército que atacan líneas militares de aprovisionamiento.
El plan B de ataque
Al adoptar este movimiento de pinzas, la OTAN en Siria está diversificando activamente a una estrategia de Iraq en los años 90: someter a Siria a un prolongado estado de sitio antes de terminar por decidirse a atacar.
Sin embargo, por mucho que la OTAN suplique a Alá por lo contrario, Siria no es Libia. Es mucho más pequeña y compacta, pero más poblada y con un verdadero ejército probado en la batalla».
Sin embargo, por mucho que la OTAN suplique a Alá por lo contrario, Siria no es Libia. Es mucho más pequeña y compacta, pero más poblada y con un verdadero ejército probado en la batalla.
Las tácticas de la OTAN en Siria han sido claras desde hace tiempo. Francia, bajo el presidente Nicolas Sarkozy, se encargará de pedir que se acelere la escalada.
Parece que se ha encargado a Turquía para hacer el trabajo sucio. Para complacer a los atlantistas, Ankara ha permitido el despliegue de la defensa de misiles en su territorio – que sabemos se dirige no solo contra Irán sino, y sobre todo, contra Rusia.
Y Ankara también quiere ganar dinero; en Libia ganaron los intereses petroleros británicos y franceses, mientras los perdedores fueron los italianos y los turcos. Pero hasta ahora Turquía también está perdiendo, especialmente en la provincia Hatay, cerca de la frontera siria, ya que un acuerdo de libre comercio entre ambos países ha sido anulado.
No es sorprendente que Washington esté adoptando una actitud a largo plazo. Ha vuelto a enviar a Damasco a su embajador Robert Ford –ex asistente del siniestro ex desestabilizador de Nicaragua, John Negroponte, cuando fue embajador en Bagdad, y actual entusiasta de la contrarrevolución de la Casa de Saud.
Ford tendrá mucho tiempo para intercambiar correos electrónicos con una oposición siria totalmente comprometida con la ex potencia colonial Francia.
Hablando de un festival de títeres: éste grabará su propio nicho en los anales de la infamia en Medio Oriente.