Obama dijo: «Fortaleceremos nuestra presencia en la región de Asia-Pacífico y las reducciones del presupuesto no se harán a expensas de esa región crucial. Seguiremos invirtiendo en nuestras alianzas y asociaciones críticas, incluida la OTAN, que ha demostrado una y otra vez, más recientemente en Libia, un efecto multiplicador de la fuerza. Estaremos vigilantes, particularmente en Oriente Medio. Durante los próximos diez años, el crecimiento del presupuesto de defensa será lento, pero la realidad es ésta: seguirá creciendo porque tenemos responsabilidades mundiales que demandan nuestro liderazgo. De hecho, el presupuesto de defensa será mayor de lo que era al final del gobierno de Bush».
Se dice que las reducciones en el gasto militar equivalen a una disminución del 4% en términos ajustados por la inflación. Además, en la cifra del gasto no están incluidos los miles de millones de dólares destinados a la guerra de Estados Unidos contra Afganistán y a las operaciones en curso en Irak. En materia de armas nucleares, la estrategia sostiene que el arsenal estadounidense podría reducirse, aunque no da detalles, y afirma: «Es posible que podamos alcanzar nuestras metas de disuasión con una fuerza nuclear más reducida».
Obama reveló la estrategia junto al Secretario de Defensa Leon Panetta. En un comentario provocador, Panetta invocó el litigio en curso con Irán por el Estrecho de Ormuz al referirse a la perspectiva de acciones militares en el extranjero.
Panetta declaró: «La naturaleza de la guerra en la actualidad es que, a medida que se traba combate, hay que ver cómo se hace, qué fuerzas se usan para confrontar a ese enemigo, qué es exactamente lo que está involucrado, es decir, la realidad es que se puede estar enfrentando una guerra en tierra en Corea y al mismo tiempo afrontando amenazas en el Estrecho de Ormuz. Con esta fuerza conjunta, tenemos la capacidad de lidiar con ese tipo de amenazas, de enfrentarlas y de triunfar. Eso es lo que cuenta».
Fuente: http://www.democracynow.org/es/2012/1/6/titulares#0