Estados Unidos respondió a las advertencias prometiendo mantener sus buques de guerra desplegados en la región del Golfo, aunque añadió que no busca el enfrentamiento.
“Aconsejamos al portaaviones estadounidense que atravesó el Estrecho de Ormuz y que se encuentra en el Mar de Omán que no vuelva al Golfo Pérsico”, declaró el general Ataolá Salehi, agregando que “la República islámica de Irán no tiene la intención de repetir su advertencia”, según el portal de las fuerzas armadas iraníes.
El portaaviones estadounidense “USS John C. Stennis”, que se encontraba en el Golfo, pasó la semana pasada por el Estrecho de Ormuz para ir al Mar de Omán, en plenas maniobras navales iraníes que duraron diez días en la región del estrecho.
Pese a las amenazas, Washington prometió este martes mantener sus buques de guerra desplegados en la región del Golfo.
La Casa Blanca estimó que las advertencias de Irán esconden su “debilidad”, y según el portavoz de la presidencia estadounidense, Jay Carney, demuestran además la eficacia de las sanciones adoptadas contra el programa nuclear iraní.
“El despliegue de las fuerzas militares estadounidenses en la región del Golfo Pérsico continuará como desde hace décadas”, dijo en un comunicado el secretario de prensa del Pentágono, George Little.
“Estamos comprometidos a proteger las libertades marítimas que son la base de la prosperidad global; esta es una de las principales razones por las que nuestras fuerzas militares operan en la región”, añadió.
El secretario de prensa agregó en un comunicado que “nadie en este gobierno busca una confrontación en relación con el estrecho de Ormuz. Es importante bajar las tensiones”.
Varios altos responsables declararon que Irán podría cerrar el estrecho de Ormuz, por donde transita el 35% del tráfico marítimo petrolero mundial, en caso de nuevas sanciones contra las exportaciones petroleras que permiten a Irán, segundo productor de la OPEP, obtener el 80% de sus ingresos en divisas.
El adjunto del jefe de Estado Mayor de las fuerzas armadas, el general Masud Jazayeri, minimizó no obstante las amenazas declarando el martes que su país no tiene “la intención” de cerrar el estrecho de Ormuz.
Estados Unidos y algunos países europeos, en particular Alemania, Gran Bretaña y Francia, han examinado la posibilidad de imponer nuevas sanciones para obligar a Irán a ceder en su controvertido programa nuclear. Según los occidentales, el objetivo de ese programa es la bomba atómica, cosa que Teherán desmiente de forma categórica.
El lunes, en el último día de las maniobras navales, Irán ensayó varios misiles de crucero, en particular los misiles Ghader y Nur, con un alcance de 200 km y que pueden alcanzar objetivos en el Estrecho de Ormuz, en el Mar de Omán y en el Golfo Pérsico.
El jefe del Estado Mayor, el general Hasan Firuzabadi, declaró que dentro de poco los Guardianes de la Revolución organizarán sus propias maniobras en la región del Golfo, del cual son responsables, mientras que el ejército regular está encargado de controlar el Mar de Omán.
Reaccionando a las amenazas de sanciones petroleras, el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Ramin Mehmanparast, declaró el martes que “Occidente no es capaz de excluir del comercio energético mundial a Irán”, que posee “las cuartas reservas de petróleo y las segundas reservas de gas en el mundo”.
“Nuestras exportaciones de petróleo y de gas menos importantes son actualmente las que van a los países europeos”, es decir un poco más del 15% de las exportaciones iraníes, agregó.
En el mercado de divisas, el rial iraní recuperó el martes todo el terreno perdido ante el dólar tras su caída de 12% el lunes.
La tensión sí que tuvo efectos este martes en los precios del petróleo, que subieron más de 3% en Londres y Nueva York.
Al mismo tiempo, Teherán propuso un reinicio rápido de las negociaciones nucleares con las potencias del grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Alemania) interrumpidas desde hace un año.
Pero la Unión Europea rechazó la solicitud iraní, agregando que seguía esperando la respuesta de Teherán a una carta dirigida a los dirigentes iraníes en el mes de octubre.