Alfonso O. Arcano Martínez (*)
La denominada Ley SOPA (Stop Online Piracy Act), es realmente una declaración de injerencia imperial mediática mundial que socava las democracias participativas y los derechos humanos inalienables consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos por la totalidad de los países de Latinoamérica y El Caribe.
Sin embargo poco se ha escuchado de los representantes de los gobiernos y oficinas de propiedad intelectual (derechos de autor, marcas y patentes) sobre este esperpento que el gobierno de los Estados Unidos -su parlamento y Poder Ejecutivo- pretende imponer al mundo para acallar las voces de miles de páginas webs y comunicadores, como así también países y empresas, ONGs y movimientos sociales. Las marcas, las patentes, la “industria cultural” nacional se pueden ver afectadas por este instrumento al servicio de las corporaciones militares-industriales estadounidenses y sus aliados de la OTAN.
Los gobiernos progresistas, de centroizquierda e izquierdas no se han manifestado aún –ni parecen querer hacerlo- sobre los peligros de la propiedad intelectual tanto en el plano del capitalismo real como en su interfaz en la Red (por su estrategia de alianzas con las burguesías transnacionales y conexiones locales). Estos gobiernos que en apariencia dicen beneficiar a sus sociedades, dejan librado a la mano invisible del mercado a la herramienta fundamental de la construcción de grandes monopolios y arma de exclusión de competidores y grupos sociales.
Así, la CELAC, ALBA. MERCOSUR, CAN, CARICOM y todos los países individualmente han defeccionado de su misión de confrontar contra el más serio avance del imperialismo global sobre los derechos de comunicación contra los pueblos libres de sur.
(*) Lic. en Comunicación