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Los competidores de Apple tienen a su disposición un jugoso documento en el que la compañía revela por primera vez los 156 eslabones que componen el 97% de su cadena de producción. Son las principales firmas que la tecnológica de Cupertino utiliza para dar vida al iPhone, del iPad y los Mac. Pero ese informe también revela más cosas, que pueden dar munición a los más críticos con la forma de hacer de la compañía que dirige Tim Cook, que por cierto fue premiado con un millón de acciones por su trabajo (376,2 millones de dólares al precio del 24 de agosto).

El sexto informe anual sobre la responsabilidad de los suministradores confirma que la mayoría de las compañías que trabajan para Apple operan en Asia. Es un dato interesante, teniendo en cuenta el intenso debate político que en plena crisis, y con la campaña a las presidenciales ya en marcha, hay en EE UU sobre la exportación de empleos y los agujeros en el régimen fiscal que se aplica a las multinacionales estadounidenses. Además, se enumeran las violaciones detectadas en las auditorías que realiza la empresa en el ámbito laboral, y su naturaleza.

El cumplimiento medio del código de conducta es del 74%. En categorías como el trato justo del empleado, la prevención de la contratación por debajo de la edad legal de trabajo o el respeto de la libertad de asociación, ese cumplimiento se eleva al 90%. Pero en la categoría relacionada con el tiempo de trabajo, cae al 38%. Es uno de los puntos más controvertidos sobre el modelo de negocios de Apple, a raíz del alto número de suicidios en plantes controladas por Foxconn en China, uno de los principales contratistas que usa la firma electrónica para ensamblar sus productos.

Por ejemplo, hay 93 instalaciones donde más de la mitad de los empleados rebasó el límite de horas de trabajo establecido durante al menos una semana en el periodo en el que se realizó el muestreo. O que en 24 plantas se realizaron pruebas de embarazo a las empleadas (a 56 que no tienen procedimientos para prohibir esta práctica discriminatoria). También se detectó una carencia similar en cuanto a la discriminación en base a resultados médicos, como realizar pruebas de la hepatitis B a los empleados o aspirantes a trabajar en estas subcontratas.     Apple no es la única que depende de este tipo de empresas para producir sus dispositivos. Pero por su visibilidad y la cobertura mediática que acompaña el lanzamiento de cualquiera de sus artilugios, es también la más expuesta a las críticas. Hay más abusos. Por ejemplo, hay 37 empresas que no controlan de forma adecuada los días que trabajan sus empleados, es decir, no pueden asegurar que descansan al menos un día cada siete. Y hay 42 que pagan tarde, 68 que no dan una cobertura médica adecuada a sus empleados o 49 que no dan vacaciones pagadas.

Casi la mitad de las subcontratas usan el recorte del sueldo como una medida disciplinaria y la mayoría no dan una compensación adecuada cuando se echan más horas en el trabajo. Y hay empresas en las que se han descubierto casos de empleo a menores. Seis en concreto, en los que la firma no estuvo en condiciones de verificar la edad del trabajador, porque no disponía de los controles para verificar que la documentación era falsa. En este caso, Apple insiste, como ya hizo en informes pasados, que no había intencionalidad y no descansaran hasta dejarlos a cero.

Un recuento, hay que admitirlo, honesto de las violaciones. Apple, que no es el único fabricante de productos electrónicos que hace estas auditorías, precisa que solo rompió relaciones con una compañía de la que no cita el nombre, por considerar que cometió abusos de forma repetida. Cook está considerado como el ejecutivo clave en la estructuración de esta compleja cadena de producción. Antes de asumir los mando de la compañía, fue director de operaciones. Apple acaba de sumarse además a la Fair Labor Association, una organización dedicada a proteger el derecho de los trabajadores.