Las nuevas regulaciones están dirigidas a impulsar el «cuentapropismo» o trabajo por cuenta propia. Beneficiarios serán agricultores que «acrediten legalmente la tenencia de la tierra», así como otros particulares de la iniciativa privada y personas que realicen obras en sus viviendas por esfuerzo propio, informó DPA.
Además de la introducción de clásicos instrumentos bancarios para la «calificación de riesgo» de los solicitantes, los bancos cubanos ofrecerán servicios como tarjetas de crédito y débito, letras de cambio y transferencias bancarias.
Las directrices del Banco Central de Cuba y el ministerio de Economía y Planificación no descartan asimismo la concesión de créditos a particulares para el consumo privado, «en la medida en que lo permitan las condiciones del país».
El sistema bancario cubano atenderá las solicitudes de crédito aproximadamente en 500 filiales en el país.