ElPaís/ La Radio del Sur

El candidato socialista a las presidenciales francesas, François Hollande, favorito en las encuestas frente al actual jefe de Estado, Nicolas Sarkozy, anunció este lunes que si sale elegido en las elecciones del año próximo renegociará el acuerdo de la cumbre europea de la semana pasada.

“Si soy elegido presidente de la República, renegociaré este acuerdo”, para añadir al compromiso “lo que falta, es decir, la intervención del BCE (Banco Central Europeo), los eurobonos y un fondo de salvamento financiero”, dijo Hollande en una entrevista a la emisora de radio RTL

El PS de Francia no votará la regla de oro del déficit acordada por los líderes de la Unión Europea, salvo Gran Bretaña, en Bruselas. El Partido Socialista (PS) rechaza además de forma global el acuerdo impulsado por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. Según afirma Manuel Valls, portavoz del candidato socialista y gran favorito a las elecciones presidenciales de mayo, François Hollande, “el nuevo tratado no se sabe bien lo que es, y aporta solamente medidas presupuestarias más duras y más austeridad”. “Aparte de que un tratado a 26 no existe”, añade el dirigente del PS, “Europa se olvida del crecimiento y no habla del papel del Banco Central Europeo. Nosotros creemos que hace falta otra política”

Regla de oro

El portavoz de Hollande aclara que los socialistas no van a solicitar una consulta sobre el pacto a 26, pero recuerda que Sarkozy, “antes de haber aprobado la regla de oro en Bruselas, debería haber consultado con la oposición y no lo hizo”. Según los socialistas, Sarkozy, lejos de salir reforzado, ha salido más débil y menos creíble del acuerdo de Bruselas: “No ha podido variar en nada la posición de Alemania, ya que en el fondo no tiene su confianza, y se ha plegado en todo a los deseos” de Angela Merkel, analiza Valls.

Sus palabras, la primera reacción oficial de los socialistas tras el acuerdo, tratan de salir al paso de la creciente presión del presidente, que no ha tardado ni 48 horas en poner en juego la estrategia que vincula su reelección con la salvación del euro.

Prisas en el Elíseo

El presidente necesita a la oposición para aprobar las medidas comprometidas en Bruselas, y el domingo mismo la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno francés, Valérie Pécresse, ha llamado a los socialistas a “reflexionar de nuevo” para aprobar cuanto antes la regla de oro. El nuevo tratado debe estar redactado en marzo, y el Elíseo tiene prisa. “La velocidad es un factor esencial para restablecer la confianza”, ha afirmado la ministra, “hace falta ratificar el acuerdo lo antes posible. Decir sí hoy a la regla de oro es decir sí a la salvación del euro”.

Sarkozy necesita 3/5 de los sufragios emitidos en la Asamblea Nacional y el Senado, donde el PS tiene la mayoría. El pacto prevé incorporar a las Constituciones de cada país un límite del déficit estructural no superior al 0,5% del PIB, descontando los intereses de la deuda, y que el Tribunal de Justicia Europeo verifique que la regla de oro es la adecuada.

La ratificación francesa puede ser un problema para Europa, porque podría retrasar la entrada en vigor del tratado en uno de los países impulsores del acuerdo hasta después de las legislativas, que se celebrarán en junio. Según Valls, “Sarkozy trata de convertir la regla de oro un argumento de la campaña, pero Hollande lo tiene muy claro: Francia cumplirá el déficit del 3% en 2013 y llevará las cuentas al equilibrio presupuestario en 2017”.

“No nos dejaremos acorralar”, dice Valls. “Sarkozy ha perdido toda credibilidad con su gestión económica. Es hora de cambiar de discurso y de rumbo, pero Europa no ha abierto esa vía porque está dominada por los conservadores. Los alemanes quieren defender su comercio exterior y Sarkozy no ha sido capaz de variar un ápice su posición”.

De todos modos, los socialistas dejan un resquicio a una posible negociación, pero con condiciones difíciles de asumir por la derecha: “Si Sarkozy quiere la regla de oro debería aceptar antes nuestras propuestas, un nuevo IVA, más impuestos para los ricos, un nuevo pacto social y suprimir algunas reformas que han costado millones de euros al Estado francés”, enumera Valls.