Insurgente


 

Miles de personas se reunieron en la emblemática plaza Tahrir de El Cairo, capital de Egipto, para manifestar en contra del poder militar por la violencia registrada en la última semana, que terminó con un saldo de 17 muertos.

La convocatoria llamaba a manifestarse en el «Viernes de la restauración del honor», para reclamar acciones judiciales contra los responsables de la violencia. Miles de personas marcharon también en Alejandría (norte) y Suez (norte) para pedir a los militares que entreguen el poder a los civiles. «Las mujeres son una línea roja», gritaban los manifestantes en la plaza Tahrir, mientras que otros lanzaban consignas contra el mariscal Husein Tantaui, jefe del del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA).

 

Los manifestantes exigen que se conforme una comisión independiente para investigar la violencia y que se inicien acciones legales contra los responsables. En ese país se tiene previsto realizar elecciones presidenciales a mediados del próximo año, lo que debe marcar el abandono del ejército del poder ejecutivo, pero temen que el ejército se aferre al poder.

Por otro lado, seguidores del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), se manifestaron en Abasiya cerca de la plaza Tahrir. «Hace una semana estallaron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes que acampaban desde fines de noviembre delante de la sede del gobierno para protestar contra el nuevo primer ministro escogido por el ejército, Kamal al Ganzuri, que ya ocupó ese cargo durante el régimen de Mubarak”, recordó una agencia de noticias. “Los enfrentamientos, que duraron hasta el martes, dejaron 17 muertos.

Se trató de los disturbios más graves desde los enfrentamientos similares que dejaron al menos 42 muertos, principalmente en El Cairo, unos días antes del comienzo de las elecciones legislativas del 28 de noviembre”, prosiguió.

SANÁ, YEMEN

Un total de siete personas perdieron la vida en Saná, capital de Yemen, tras ser alcanzados por disparos de las fuerzas de seguridad, que intentaban contener una multitudinaria manifestación para pedir que el presidente de ese país, Ali Abdalá Saleh, sea juzgado.

Hombres armados abrieron fuego y usaron gases lacrimógenos para impedir el avance de decenas de miles de personas, que marchaban exigiendo que Saleh sea juzgados. La movilización inició desde el pasado 27 de enero en la ciudad de Taiz, al sur de Yemen, y arribó a Saná este sábado. Los manifestantes rechazaron la iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), firmada por Saleh y la oposición el pasado 23 de noviembre y que estipula el traspaso del poder y la celebración de elecciones presidenciales.

«Durante todo el trayecto, más personas se unieron a la marcha, que fue protegida por combatientes tribales armados que trataron de protegerla de los grupos leales a Saleh», divulgó una agencia de noticias. Según Saleh, las protestas “tienen como objetivo encender la chispa de la guerra cada vez que se divisa un rayo de esperanza para lograr la paz».

Saleh pidió a todo el pueblo yemení afrontar «su responsabilidad patriótica para propiciar un ambiente adecuado que saque al país de los efectos de la crisis», que arrastran desde hace diez meses. Informó además que decidió viajar a los Estados Unidos «para facilitar (…) las elecciones presidenciales anticipadas» previstas para el 21 de febrero, dijo Saleh en una rueda de prensa celebrada en Saná.

Yemen vive una situación de crisis y de revuelta popular contra el gobierno de Saleh, quien ha permanecido en el poder desde hace 33 años.