Raskolnikov Díaz
Hoy estuve leyendo por Aporrea, el artículo del Profesor David Harvey sobre “Las crisis son necesarias en el capitalismo como una forma de reorganizar el sistema”. En ese artículo nos explica el origen de la crisis financiera actual, sus consecuencias, los distintos modos de afrontarla, y los beneficios ocultos de la misma para sectores minoritarios del poder global… de la necesidad de buscar alternativas al sistema capitalista tal cual opera hoy. Y para ello, propone “mudarnos a una economía de crecimiento cero”, y echar mano a la imaginación humana para lograr el “desarrollo de las capacidades y los poderes humanos”, cuestiones estas últimas “ignoradas por la dinámica del capital”. Yo voy a intentar dar una pequeña opinión de esta crisis, aun sin ser economista, porque uno no podría dar opiniones sobre Medicina, sin ser médico y sin haber estado enfermo nunca. Tampoco podríamos hablar de la inmensidad del universo, sin ser físicos y sin poder ver más allá de nuestras narices. Pero de la crisis económica, tengo la autoridad moral que me confiere la “pelazón de bolas” que me ha acompañado durante toda mi existencia.
En primer lugar, creo que la naturaleza de esta crisis, no es de ningún modo “Financiera”. Los bancos, el mercado, el sistema monetario, sólo son parte de la estructura del verdadero problema, ellos son los brazos mecánicos del “proceso de acumulación de capital”. El capitalismo gira alrededor de este sistema que ha hecho explotar al mundo (en sentido no tan figurativo). Este proceso acumulativo de capital, genera, no solamente una concentración de dinero en pocas manos sino una concentración de poder en una sola región (EE.UU), es decir, una contracción territorial, lo cual arrastra como consecuencia irreversible, una lucha intestina por monopolizar tanto el capital como el poder. Podríamos decir que una de las características más relevantes del capitalismo es exactamente esta “contracción de territorios”, donde se va arrinconando el sistema sin darse cuenta, mientras las grandes mayorías quedan sin la menor oportunidad de alcanzar parte de ese capital.
Cuando parece que un problema se resuelve, nos dice el profesor, otro surge enseguida. Esto parece lógico. No estamos resolviendo sino “subproblemas” que son originados por el “Proceso de acumulación”. Nos dice que: Las tendencias a las crisis circulan también geográficamente… y por eso, la complicación en todo esto tiene que ver con que las crisis están acostumbradas a moverse geográficamente. Creo que no, esto lo entiendo como que si las crisis aparecieran en forma de azar, moviéndose de allá para acá. No y no. Circulan alrededor del territorio crítico más concentrado y dependen de él. La crisis estalla en EE:UU y se “movió” a Grecia, España, a toda Europa, y tan cerca Venezuela, pero ni la tocó. ¿Por qué?
La crisis no se produce por la “falta de demanda”, ni mucho menos por un “consumo masivo”, como nos lo plantea el profesor. Ella es producto de la acumulación de capital en pocas manos. El incentivo de los préstamos financieros, el impulso a usar las tarjetas de crédito, no puede resolver el problema del consumo. Sólo una parte minoritaria de la población del mundo tiene acceso a ellos. Y esa parte minoritaria es incapaz de determinar lo que él llama “consumo masivo”. Tampoco creo, como nos dice el profesor Harvey, que la crisis se localizó en los mercados de viviendas y por lo tanto la crisis es urbana. Yo creo que las crisis son esencialmente sociales y están localizadas en el centro de la sociedad, mientras las grandes economías giran alrededor de la economía crítica. El capitalismo, en si, no es propenso a las crisis. Es de hecho una crisis. Lo que sucede es que el mundo está en crisis, sólo cuando los grandes capitales entran en ella, cuando la concentración de capital dificulta su organización, cuando no hay quien compre, cuando el poder económico se circunscribe a una región y a pocas familias. Pero nunca cuando hay mil millones de hambrientos en el planeta, cuando cada tres segundos se muere un niño de hambre, cuando hay millones de sedientos porque un litro de agua vale más que uno de gasolina, cuando el desempleo atenta contra la vida, cuando se cierran las universidades a quien carezca de medios para pagar sus estudios
El capitalismo no puede sobrevivir cobrando impuestos a la clase alta, como nos señala el profesor Harvey ¿Para quiénes serían esos impuestos?. ¿La misma clase poderosa, cobrándose ella misma?. Los cobraría el gobierno ¿qué gobierno?. Por ejemplo el de Obama?. Los presidentes sólo hacen las guerras. Esto me parece, cuando menos, no prudente. Sabemos que esa clase social, vive de nosotros, no ella, exprimiéndose a sí misma. Además tampoco creo que las crisis del capitalismo sean de manera alguna una forma de reorganizar el sistema para que pueda sobrevivir. Cada una de ellas deja una huella profunda de muerte y caos que generalmente terminan en guerras. Cada crisis es la suma de todas las precedentes y sabemos que no pueden ser ilimitadas.
Reformar el capitalismo, nos dice el profesor Harvey, como solución a la crisis, porque hubo períodos en los cuales fue abiertamente igualitario y no hay razones para pensar que no lo siga siendo. Más adelante el profesor nos señala que: La posibilidad de crecimiento real es cada vez más difícil de mantener y una de las consecuencias de ello es que se empiezan a crear estos mercados ficticios, con inversiones en renta, y con una creciente especulación. Empezamos a crear un mundo ficticio donde no hay crecimiento real en absoluto. Y ahí aparece otro problema, nos dice, el de la especulación.
Tampoco estoy de acuerdo, ya que sabemos que ninguna economía puede crecer infinitamente, tarde o temprano alcanzará su límite. La especulación es sólo un arma del sistema, no de la crisis. La especulación es la herramienta que sustituyó el objetivo que se perseguía con “la esclavitud”. Es un pilar fundamental del capitalismo. Lo que tampoco me parece sensato es que el capitalismo no debe tener crecimiento cero, ya que deja de ser capitalismo. Esto aquí merece un pequeño comentario. El capitalismo no es expansivo, es todo lo contrario, es reductor, mientras más se contrae (económica y geográficamente), más crece. Es decir mientras menos manos lo posean y en menos regiones se encuentre el capital, más desarrollo tendrá el sistema. Exactamente es esto, el principal objetivo del sistema capitalista, lo que se llama “acumulación”. Es decir que si el capitalismo lograra expandirse, dejaría de ser capitalismo. Veamos lo siguiente:
El capitalismo nunca se ha preocupado por eliminar el sistema feudal. Este lo sostiene y su salud es envidiable. Si desaparece el sistema feudal, desaparece el capitalismo. Casi toda África es feudal, gran parte de Asia y en América latina no hay capitalismo, campea a sus anchas el feudalismo. La esclavitud, es un sistema que todavía lanza patadas. Hay un porcentaje pequeño, pero muy significativo de países en transición al socialismo. Y el capitalismo, el gran sistema que domina al mundo, ¿dónde está?. El porcentaje de países capitalistas es relativamente pequeño, porque exactamente esa es su característica fundamental: la contracción. Un país capitalista y unos satélites girando a su alrededor.
Cada batalla que libremos y ganemos al feudalismo, será una pala de tierra sobre la tumba del capital
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