Amir Khair

 

Traducción Diana Cordero para Kaos en la Red

Cada día aumenta la oscilación en el humor de los mercados acompañando los anuncios del sube y baja de la crisis europea. El último día 30 llegó la noticia de que los bancos centrales de los Estados Unidos, Europeo (BCE), Canadá, Gran Bretaña, Japón y Suiza acordaron reducir el costo de las lineas existentes en sus operaciones, a partir del próximo día 5.

El objetivo de esos bancos centrales es “ aliviar las tensiones en los mercados financieros y, así, mitigar los efectos de tales cuellos de botella sobre la oferta de crédito a las familias y empresas, y así ayudar a promover la actividad económica”.

Estos acordaron facilitar y ampliar hasta febrero del 2013 los intercambios de divisas entre si, a un interés reducido de 0,50% y en algunos casos, proseguir con sus operaciones de refinanciación a tres meses hasta nueva orden.

Son decisiones para garantizar liquidez y evitar que los mercados de crédito se traben, lo que ya estaba ocurriendo en los bancos europeos debido a las dudas sobre la capacidad de la región de lidiar con la crisis de su deuda.

Estas noticias impulsaron el día 30 las bolsas de valores de todo el mundo, habiendo llegado la nuestra [Brasil] a crecer por encima del 4%, y cerrado a 2,85%.

Creo que hay un sesgo optimista en una parte del análisis sobre el devenir de la crisis de la zona del euro. Estos apuestan a que habrá solución para esta crisis a pesar de los agudos problemas económicos, fiscales y financieros, debido a la imposibilidad de absorber o dar garantía a la montaña de títulos basura que cargan los bancos. Estos títulos pertenecen a la deuda soberana de los gobiernos que están entrando en una fuerte recesión que agravó las finanzas publicas, y con serios problemas sociales inherentes al ajuste fiscal que sufrieron.

La realidad viene indicando el agravamiento creciente del cuadro europeo. El día 25 llegó la noticia de que la crisis de confianza llegó al final al corazón de Europa, Alemania, la mayor economía del bloque y socio mas importante de la unión monetaria. La señal de alerta sonó el miércoles (24), cuando el Tesoro alemán sólo consiguió vender el 65% de los títulos en un valor de €6 billones ofrecidos al mercado, y aún así, con el Banco Central Alemán (Bundesbank) comprando parte de ese total.

La crisis del euro comenzó en los países de menor importancia económica: Irlanda, Portugal y Grecia y ahora alcanza economías mayores como España e Italia, ya apuntando a Francia. Solo falta como país importante Alemania, que aún piensa que está inmune a la crisis. El hecho es que su suerte depende fundamentalmente de la salud de esos países en recesión, en su intercambio comercial y en los reflejos que podrán venir del colapso del sistema financiero de alguno de esos países.

La ceguera alemana consiste en su intransigencia en no apoyar los planes de auxilio del BCE para comprar de forma mas intensa los títulos soberanos de los países con serias dificultades de honrarlos.

Las agencias de clasificación de riesgo, con gran atraso, repitiendo lo ocurrido en la crisis del 2007/2008 acordaron para la crisis europea y ahora comienzan a rebajar las notas de clasificación de riesgo de gobiernos y bancos en profusión.

Frente a este cuadro creo que hay condiciones para que se instale una recidiva de la crisis del 2007/2008, pero mas grave por envolver simultáneamente el sistema financiero europeo y, dadas las relaciones estrechas con el sistema financiero norteamericano, lo puede contaminar.

Si esta evaluación fuese correcta es de esperar una caída mas profunda de las economías europea y norteamericana, con reducción expresiva del consumo de sus poblaciones debido al desempleo en niveles mas elevados que los actuales, con una profundización de la crisis social durante varios años.

Estas economías desarrolladas pasarán a ser chamadas de economías estancadas. Sus monedas serán desvalorizadas y estas serán cada vez mas dependientes de la exportación, compitiendo con países que tienen costos mas bajos, como los del este de Asia. La situación es difícil y podrá exigir la reducción de salarios para enfrentar la competencia internacional.

En este escenario, las economías de los países emergentes serian afectadas por la reducción de las exportaciones y estrechamiento del mercado de crédito. La salida de estas es apoyarse en la ampliación de sus mercados internos. Esto ayudaría a direccionar parte de los productos antes destinados al mercado externo para ser usados y consumidos en el país. Además de eso, existe la posibilidad de usar políticas públicas de redistribución de la renta y de reducción de los costos que mas pesan en las clases de renta media y baja como: alimentación, vivienda, transporte, salud y educación. Esto amplía el poder adquisitivo de estas estimulando el desarrollo económico, además de la mayor cobertura en el área social.

Los países emergentes podrán ampliar su poder competitivo externo en la evolución de ese proceso, debido a los salarios mas bajos, y el aumento de la producción debido al crecimiento del mercado interno, lo que reduce los costos en la economía de escala.

Brasil tiene buena munición para enfrentar esa recidiva. Goza de una situación fiscal confortable, reservas internacionales de US$ 350 billones, depósitos (encajes) de los bancos en el Banco Central (BC) superior a R$ 400 billones, además de tener un interés básico elevado, que puede ser rebajado, reduciendo gastos y costos del gobierno federal y, tasas de interés del sistema financiero elevadas, que reducen el consumo y que pueden bajarse si el gobierno lo decide.

Preocupado con la desaceleración de la economía, el gobierno anunció este jueves un nuevo paquete de medidas para estimular los préstamos de los bancos para la población y, consecuentemente, aumentar el consumo de las familias.

El gobierno decidió reducir el Impuesto Sobre Productos Industrializados para los productos de la llamada “línea blanca”, como heladeras, cocinas y máquinas de lavar. Además de eso, la alícuota del Impuesto Sobre Operaciones Financieras para personas físicas está siendo reducida del 3% para el 2,5% al año. Con eso, puede ser revertido, parcialmente, el aumento del tributo efectuado en abril.
Recientemente la presidente Dilma Rousseff ha pedido a los brasileros que continúen consumiendo y que las empresas mantengan su producción.

El último día 25, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, se reunió con representantes de entidades ligadas a la industria y al sector minorista y afirmó que “nosotros estamos tomando medidas para continuar estimulando el consumo, para que este vuelva a los niveles adecuados para mantener la economía creciendo entre el 4% y el 4,5%”.

Lamentablemente el BC va actuando en contradicción a lo que ha manifestado su presidente y en sus actas e informes, respecto de la preocupación por el impacto que pueda tener la crisis europea. La parsimonia con la que viene reduciendo la tasa básica de interés es preocupante. Continuamos teniendo la mayor tasa del mundo. Eso no estimula las inversiones, impide el equilibrio fiscal y artificializa el cambio reduciendo la competitividad de nuestras empresas. Es hora de cambiar eso para completar el arsenal de defensa del País para enfrentar la crisis que ya está en nuestra puerta.