Agencias


«Cerrar el estrecho de Ormuz es algo verdaderamente sencillo para las Fuerzas Armadas de Irán (…) o, como dicen los iraníes, sería más fácil que beber un vaso de agua», ha declarado Sayyari a la cadena estatal Press TV. «Pero ahora mismo no tenemos la necesidad de cerrarlo porque tenemos controlado el mar de Omán y podemos controlar el tránsito», ha añadido.

La tensión entre la República Islámica y los países occidentales ha aumentado desde hace tres semanas, cuando los ministros de Asuntos Exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea decidieron aumentar las sanciones impuestas a Irán para obligarlo a detener su polémico programa nuclear.

 

NO PASARÁ «NI UNA GOTA»

El primer vicepresidente de Irán, Mohamad Reza Rahimi, advirtió este martes de que si otros países imponen sanciones a sus exportaciones de petróleo, «no pasará ni una gota» por el estrecho de Ormuz.

«No nos interesa tener ninguna hostilidad y nuestro lema es la amistad y la fraternidad, pero los occidentales no están dispuestos a abandonar sus complots», declaró en Teherán durante el III Foro Internacional sobre el Desarrollo de las Capacidades Nacionales.

Rahimi reiteró que los «enemigos» de Irán solo abandonarán sus «conspiraciones» cuando reciban «una respuesta demoledora», según la agencia de noticias IRNA.

Cerca de un tercio de todo el petróleo que se transportó por mar en el mundo en 2009 pasó por el estrecho de Ormuz, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos. Barcos de guerra estadounidenses patrullan la zona para garantizar la seguridad del tráfico marítimo.

El pasado 8 de noviembre, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) publicó un informe que dice que, al parecer, Teherán ha estado intentando crear una bomba nuclear y es posible que siga investigando con ese fin.

La República Islámica lo niega y asegura que solo pretende producir energía atómica con fines pacíficos. Además, ha amenazado con responder a cualquier agresión atacando a Israel y los intereses de Estados Unidos en el golfo Pérsico, y algunos analistas han indicado que podría vengarse cerrando el estrecho de Ormuz.

La mayor parte del crudo que se exporta desde Arabia Saudí, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait e Irak, así como casi todo el gas natural licuado de Qatar, debe pasar por un canal de 6,4 kilómetros de anchura entre Omán e Irán.