Raúl Bracho.
Podría pasar que sea la última navidad, según las escrituras del calendario Maya. Podría ser la última navidad según las profecías imperiales que aterran a mi humanidad con sus amenazas de guerra mundial. Podría ser la última navidad si se enfrentan China y Rusia contra Estados Unidos y el estado sionista. Podría pasar cualquier cosa en mi planeta durante el 2.012. Pensaba en mi infancia, aquellos lejanos años en que me despertaba asustado ante la crisis de los cohetes soviéticos en Cuba, pensaba en el fatalismo con que la bomba atómica desdibujaba mis esperanzas de ser feliz. Así como ha pasado casi toda mi vida y no estallaron aquellas bombas, así quiero desear a mi humanidad que sigan pasando muchos años sin que la destrucción de nuestra especie se convierta en un acontecimiento fatal.
En nombre de todas las niñas y niños que quizá hoy sufren de desvelo, en nombre de aquellos infantes sin techo, sin comida, sin futuro. En nombre de los padres sin trabajo y si esperanzas de una vida digna, en nombre de los niños y niñas de Libia que pasarán estas fechas entre las ruinas que les regaló la OTAN, en nombre de las niñas y niños de Siria, amenazados, los de IRÁN con las sombras de los drones espantando su alegría y en nombre del sueño de la Patria Grande de Bolívar, desde centroamérica hasta la Patagonia, en donde millones de humildes construyen el camino a la nueva vida…
En nombre de la juventud indignada que cabalga su rabia ante un sistema que les prometió futuro y hoy los deja en la calle y en el nombre de los OCUPA que en el corazón del imperio denuncian el Capitalismo como el peor de los inventos. En nombre de todas y de todos los seres humanos que hoy estamos vivos, querido niño Jesús, te mando una vez mas una carta para este día 24 de Diciembre, arropado en la inocencia de todas nuestras infancias, donde te pido por todas y por todos que nos regales justicia e igualdad necesaria para que podamos vivir juntos y disfrutando de lo que más queremos: PAZ!!!
brachoraul@gmail.com