En teoría, Saif al Islam será juzgado en la Corte Penal Internacional (CPI), según anunció el fiscal general de la misma, después de que el hijo más fiel del depuesto coronel Gaddafi fuera detenido en la frontera de Libia con Níger. Si es declarado culpable de los numerosos crímenes de los que se le acusa, puede ser condenado a pena de muerte.
Para muchos países el posible juicio de Saif al Islam en la Corte Penal Internacional es un “peligro”, según opina el analista político Adrian Salbuchi, porque el hijo de Gaddafi podría llegar a hacer “declaraciones poco convenientes para EE. UU., Francia o Israel”.
Por eso después de involucrarse en la Guerra contra el régimen de Gaddafi, posiblemente estos países intentarán presionar a las nuevas autoridades libias. Incluso “se corre el riesgo de ver un linchamiento o asesinato” de Saif, admite Salbuchi, recordando que las fuerzas de antigaddafistas apoyadas por la OTAN ya fueron capaces de hacerlo con su padre, sus hermanos y otros familiares.
Por otro lado, el hijo más mediático del coronel puede ser entregado a la Corte Penal Internacional, pero sería “un juicio pantomima, como se hizo con Saddam Hussein en Irak o Ratko Mladic y Slobadan Milosevic en Serbia”, según admite el experto.
Además, la detención de Saif al Islam puede crear nuevas tensiones en el país, donde tiene muchos seguidores, aunque muchos medios locales y occidentales pretenden demostrar que la población libia celebra mayoritariamente su arresto.
La sociedad libia es tribal y “las dos principales tribus perciben al segundo hijo de Gaddafi como a un salvador y podrían continuar la resistencia” al Consejo Nacional de Transición, explica Salbuchi. Por eso, contempla la posibilidad de que el capítulo final de la Guerra Civil libia aún no se haya escrito.