Russia Today, Traducción por Ivana Cardinale

El ilegítimo gobierno libio aparentemente quiere compartir su “exitosa experiencia” de derrocar (y posteriormente asesinar) al líder libio, Muammar Gaddafi, con sirios con ideas afines. Libia ha enviado unas 600 tropas para apoyar a militantes de siria en contra del gobierno de Bashar al-Assad, según informes de medios.

Los mercenarios se han unido a la Armada Libre de Siria, el grupo militante que ha llevado a cabo ataques contra las fuerzas del gobierno sirio, informó el sitio web de noticias egipcio, Al-Ray Al-Arabi , que citó sus fuentes. El informe indica que las tropas entraron a Siria a través del territorio turco.

La incursión sucedió con el consentimiento del presidente del ilegítimo Consejo Nacional de Transición de Libia (NTC), Mustafá Abdul Jalil. El NTC dio la bienvenida a los “voluntarios” para unirse a la oleada.

El pasado viernes, los medios británicos informaron que una reunión secreta entre enviados del NTC de Libia y “rebeldes” sirios se había llevado a cabo en Estambul. El ilegitimo gobierno libio prometió suministrar armas, dinero y combatientes a los sirios.

La población libia está en posesión de muchas armas, que recibieron mediante el saqueo de almacenes militares, a través del contrabando o de miembros y países de la OTAN como Qatar, quien tomó parte en el derrocamiento de Muammar Gaddafi. El NTC tiene dificultades en desarmar a los mercenarios rebeldes, que quieren mantener sus armas.

En noviembre, hubo en Trípoli una protesta de “rebeldes”, quienes exigieron el pago de sus salarios al NTC. Algunos hasta amenazaron con derrocar al ilegítimo nuevo gobierno de la misma forma que lo hicieron con Gaddafi, a no ser que sus exigencias sean satisfechas.

Canalizar a jóvenes armados, subempleados y con ganas de combatir en otro país podría ser una medida conveniente para el NTC de Libia. El gobierno sirio, sin embargo, probablemente los vea como mercenarios, quienes Turquía permitió entrar a su país como una alternativa para una campaña a gran escala, que es imposible sin la sanción del Consejo de Seguridad de la ONU.