Al dar a conocer los homenajes en su página en internet, la institución recuerda la frase de una de las víctimas del crimen aún impune, el entonces rector de la casa de estudios, Ignacio Ellacuría: «Solo utópica y esperanzadamente podemos tener ánimos para intentar con los pobres y oprimidos del mundo revertir la historia», escribió el año de la masacre el religioso.
La orden fue cumplida con fría precisión, lo que le costó la vida también a la empleada doméstica de los religiosos y a su hija menor de edad, Elba Ramos y Celina.
Las otras víctimas fatales fueron los sacerdotes españoles Ignacio Martín Baro, quien era el vicerrector, Segundo Montes, Amado López y Juan Ramón Moreno, y el salvadoreño Joaquín López.
El programa de recordación incluye foros, festivales de poesía, conciertos, vigilias, ceremonias litúrgicas y la tradicional «marcha de los farolitos», que se celebra cada 12 de noviembre.