Agencias. Traducción Ivana Cardinale

 

Para enviar bombarderos y presentar la clase de carnicería en Siria que los EE. UU. y la OTAN impusieron en Libia, la propaganda de guerra necesita ser marcada.

El viernes, el panel de Derechos Humanos de la ONU “expresó gran preocupación” por “informes” que indican que las fuerzas de seguridad sirias supuestamente están torturando a niños.

El Comité en contra de la tortura dijo que ha recibido “numerosos informes consistentes y sustanciados” de extenso abuso en el país, informó la MSNBC el viernes. El jefe del panel, Claudio Grossman, le dijo a los periodistas en Ginebra que los informes relacionados con el abuso infantil eran de “especial preocupación”.

 

El informe de la ONU es una pieza preciada de propaganda publicada precisamente en el momento oportuno. Será mencionado reiteradamente por los medios del establisment en las semanas venideras mientras preparan el escenario para un ataque sobre Siria. Como la mentira de “Nayira y la incubadora”, habrá poco esfuerzo para saber si efectivamente las fuerzas de seguridad sirias están torturando a niños.

Antes de la Invasión a Irak en 1991, la camarilla de Derechos Humanos del Congreso de EE. UU. sostuvo una audiencia exhibiendo supuestos abusos de derechos humanos en Irak. El evento mediático permitió a una muchacha de 15 años conocida como Nayira decir que invasores de Saddam botó a bebés recién nacidos fuera de las incubadoras en el hospital Addan en Kuwait.

Resultó que la muchacha era miembro de la Familia Real de Kuwait. Su padre era Saud Nasir al-Sabah, el embajador kuwaití en EE. UU.. El testimonio fue una mentira cocinada por Hill & Knowlton, un grupo de relaciones públicas. Apesar de esto, la mentira fue repetida una y otra vez. George Bush (padre) contó la historia. Fue recitado como hecho en el testimonio del Congreso, en TV, programas de radio y en el Consejo de Seguridad de la ONU.