“La trayectoria del aparato Fobos-Grunt pasó por la zona de cobertura de unos poderosos radares estadounidenses en Alaska. Temo que la potente radiación electromagnética de aquellas estaciones pudo haber afectado los equipos de control de la sonda interplanetaria”, ha dicho Rodiónov. A su juicio, Rusia debería estar preocupada por la presencia de los radares estadounidenses en Noruega y Alaska.
Anoche, especialistas de la Agencia Espacial Europea (ESA) consiguieron por primera vez recibir datos de telemetría desde la estación interplanetaria rusa, que había permanecido muda desde su lanzamiento. La Fobos-Grunt debía cumplir una misión de 34 meses que incluía el vuelo a Fobos, el descenso en su superficie y, finalmente, el retorno a la Tierra de una cápsula con muestras del suelo del satélite marciano.
El proyecto, con un coste de 5.000 millones de rublos (unos 170 millones de dólares), tenía como objetivo estudiar la materia inicial del sistema solar y ayudar a explicar el origen de Fobos y Deimos, la segunda luna marciana, así como de los demás satélites naturales en el sistema solar.
Roscosmos, la agencia espacial rusa, ha declarado que hay tiempo hasta fines de mes para intentar reanimar la Fobos-Grunt y ponerla rumbo su destino: Fobos, una de las dos lunas de Marte.