Yanethe Gamboa

«En un mundo sin alma, no existen los pueblos, sino los mercados; no existe la persona, sino los consumidores; no existen las ciudades, sino las aglomeraciones.»

Adolfo Pérez Esquivel (nacido en 1931), escultor y arquitecto argentino.

Los indignados del mundo crecen cada día más. El movimiento de rebelión civil pacífica tomó forma el pasado 15 de Mayo en Madrid, cinco meses más tarde se hizo presente en 951 ciudades de 82 países del mundo donde miles de personas no cesan en el empeño de protestar por tanta arbitrariedad de unos pocos contra una inmensa mayoría.

El imperio estadounidense tiene una escalada de protesta anticapitalista a través de los “occupy” neoyorquinos de Wall Street; el efecto dominó se sintió en Miami, donde unos 70 grupos tomaron las calles bajo el lema “esta revolución no será televisada”, dicen estar hartos de la dominación de los consorcios y transnacionales norteamericanas y del bipartidismo republicano – demócrata.

Los “occupy gringos” advierten una gran marcha para protestar contra las invasiones norteamericanas y consecuentes guerras y destrucción de países como Irak y Afganistán, el fin de la ayuda estadounidense a Israel, la ocupación y embargo de Gaza y el cese del bombardeo y la destrucción en Libia. Esto ha traído como consecuencia un centenar de personas arrestadas en ciudades como Nueva York, Denver, San Diego y Seattle.

En Canadá, organizaciones populares de indignados de al menos 15 ciudades, entre ellas Montreal, Toronto, Vancouver y Ottawa están convocados para realizar las protestas, apoyados por uno de los principales sindicatos canadienses, el “Canadian Auto Workers”, en el corazón del distrito financiero de Toronto.

Barack Obama reconoció públicamente que el movimiento de los Occupy en su país «representa la frustración del pueblo estadounidense», en una nación con 14 millones de desocupados y una tasa nacional de desempleo de 9,1 por ciento, según cifras oficiales; sin embargo, Obama no sesga su empeño de invasión a países potencialmente importante para sus carestías energéticas.

En México ciento de personas se concentraron en el Monumento a la revolución, lo mismo que en Italia, Portugal, Grecia, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Australia, Japón, Nueva Zelanda, Taiwán, las manifestaciones son de ciento de miles de personas dando una dimensión internacional al movimiento de indignados en el mundo. El planeta se convulsiona y ya no quieren seguir callando el desastre y el vergonzoso fracaso del sistema capitalista en el mundo. El sufrimiento mundial grita al unísono: “ya no mas corrupción, opresión ni codicia de las grandes trasnacionales sobre el mundo, ya no más desempleo, ya no mas democracias falsas, ya no mas desigualdad en la repartición de la riqueza de la humanidad, ya no mas insensibilidad de los ricos del mundo que siguen engordando sus fortunas en detrimento de 46 millones en pobreza extrema”.

Los grupos de poder buscan denodadamente invisibilizar las protestas mundiales, y la mayoría de las empresas privadas de comunicación como la SIP tratan el tema con desprecio, dándoles tratamiento de marginales a los indignados del mundo.

Pese al movimiento mundial que ha desatado las multitudinarias marchas de los indignados la locura no para. Estados Unidos de Norteamérica, al lado de su grandes aliados como la ONU y la OTAN, sigue cometiendo crímenes de lesa humanidad, como el que acaba de cometer en Libia: un magnicidio en medio de un show mediático, sin el más mínimo atisbo de consideración ni vergüenza para los millones de personas que pensamos que la vida es un derecho fundamental del ser humano, que no se le puede despojar a nadie por capricho, que tenemos derechos a un juicio, sea cual sea nuestro delito y que la auto determinación de los pueblos es inalienable e inviolable, adquirido a fuerza de sangre en las guerras independentistas.

Gaza, Palestina, Afganistán e Irán continúan sitiados por los países dominantes del mundo, liderados por EEUU. Siria está advertida, es el próximo de la lista. Los poderosos están advirtiendo a los países del mundo los que les puede pasar si no los dejan meter sus manos en las reservas petroleras y acuíferas. Las razones de los poderosos es acabar con “Estados Terroristas” o guerras intestinas de los países árabes y latinoamericanos. Sin embargo en la África negra existen pueblos sumidos en guerras civiles con continuas violaciones de derechos humanos fundamentales. Mueren por millares mujeres y niños víctimas del hambre y la guerra.

Vale recordar los tristes episodios de Somalia y el genocidio de Rwanda en 1994 que dieron paso a un fiasco vergonzoso como el de la República Democrática del Congo donde han muerto en los últimos 8 años 3,5 millones de personas por enfrentamientos étnicos en una guerra cruel, donde se habla hasta de casos de canibalismo entre grupos humanos con una avaricia ilimitada y apenas disimulada. En el Congo el interés por la vida no existe y parece haber desaparecido cualquier noción moral que limite los actos de extrema crueldad de nuestros sufridos hermanos africanos; pero allí no hay fuentes importantes de petróleo solo pobreza extrema, la ley de la selva y tierra seca…

La gran pregunta que se hace la humanidad entera es que va a pasar en los próximos años, ¿tendrá algún efecto la advertencia de los oprimidos del mundo que se cuenta por millones y que no deja de crecer diariamente?, ¿acaso la caída del imperio norteamericano será a corto plazo? ¿Dejará EEUU de saquear impunemente a los países de inmensas reservas petroleras? ¿Dejarán de gobernar al mundo las Trasnacionales? ¿Reinará el humanismo sobre la codicia? ¿Detendrá el pueblo estadounidense la carrera guerrerista de su país?…No lo sabemos. Lo que si queda claro es que la humanidad se está estremeciendo de indignación… y cuando el rio suena es porque piedras trae…

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