Ángel Miguel Rengifo

En la destrucción  de Libia por la OTAN, es decir, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania e Italia, murieron unos 50.000 libios y asesinaron a su lider Muamar El Gadafi. Esa fue una acción  para amedrentar a los que se oponen a los designios imperiales de apoderarse de los bienes que poseen  países débiles militarmente y los países “ricos” no poseen o están consumiendo al límite de sus reservas. Nos referimos al agua para el consumo humano, a las tierras cultivables y las reservas energéticas.

Libia tiene bajo las arenas del desierto un inmenso acuífero, El Acuífero de Nubia, que se extiende hasta parte de los países vecinos de Chad, Egipto y Sudán. Es el mayor sistema de agua fósil del mundo, cubre unos dos millones de kilómetros cuadrados y se estima que contiene unos 150.000 kilómetros cúbicos. El acuífero es casi tan grande en extensión como la República Argentina. Este descomunal depósito de agua representa un incalculable potencial agrícola. Como si eso fuera poco, Libia tiene además, grandes reservas energéticas, según la OPEP, posee reservas petroleras de unos 50 mil millones de barriles recuperables. Las reservas gasíferas se calculan en 500 millones de metros cúbicos. El inmenso desierto de Libia, también constituye una de las reservas ideales de energía solar y eólica para el continente europeo, en búsqueda angustiosa de alternativas energéticas. Además, tiene importantes reservas financieras en los bancos europeos y norteamericanos, y una valiosa posición estratégica  en el norte de África. Es decir, una presa realmente apetecible para la depredación imperial.

Gadafi, el guardián de esas riquezas, ya no era enemigo del imperialismo, había sido domado. Sus relaciones con Rusia y China no eran de las mejores. Estaba sólo y desamparado en el mundo y los hechos lo demostraron.  Era una víctima fácil cuya desaparición fue visualizada como generadora de enormes réditos a los países de la OTAN.

Los países que atacaron al pueblo libio sabían que Gadafi no tendría capacidad de respuesta, porque voluntariamente se había desarmado y no había preparado a los libios para la eventualidad de una acción armada contra su país. Su odio a los europeos se había transformado en una relación amistosa con los grandes exponentes del Imperialismo, al punto de financiar la campaña electoral de Nicolas Sarkozy, actual presidente de Francia. Esa política difícil de interpretar, impidió que el pueblo estuviera  alerta y preparado para luchar contra el invasor, facilitando así el genocidio.

Todo eso nos impactó porque lo vimos en televisión. Sin embargo, el exterminio sistemático de seres humanos por razones políticas y económicas es decir, los genocidios cometidos por las clases dominantes de los países europeos y su expresión en Estados Unidos, no son una novedad. Han sido una constante a lo largo de la historia, para obtener grandes riquezas con el menor riesgo. En primerísimo lugar, por su magnitud y repercusión universal, está la conquista y la colonización de América por España, Inglaterra, Francia, Portugal y Holanda que costó la vida de 90 millones de indígenas y de 100 millones de negros africanos con el inhumano tráfico de esclavos, materializado por los mismos países colonizadores  que con el apoyo de la Iglesia Católica, habían declarado que los negros no tienen alma y por tanto no eran seres humanos.

La historia de genocidios en Latinoamérica por los Estados Unidos bate records,  pero hay intentos frustrados  como el desembarco en Playa Girón y el Golpe de Estado de abril de 2002 en nuestro país, los cuales nos sirven como puntos de comparación y para sacar dos importantes conclusiones: 1.- El Imperialismo es como un animal depredador que no tiene amigos, ataca sin piedad a los que considera más débiles e indefensos para obtener lo que necesita. 2.-Cuando  un pueblo se dispone a defender sus conquistas sociales y políticas, no importa cuan poderoso sea el agresor, siempre  será derrotado.

El pueblo vietnamita dio la más grande demostración de eso al humillar al gigante del norte y su panoplia bélica.

Nos corresponde a los patriotas latinoamericanos demostrar constantemente que los genocidas del presente son los mismos que lo hicieron en el pasado, y que fueron y siguen siendo nuestros enemigos, que al menor descuido intentarán lanzarnos un zarpazo mortal. No podemos permitir que las nuevas generaciones sean engañadas como lo fueron las pasadas.

Así  mismo, debemos ser exhaustivos explicando que las clases dominantes de los países Imperialistas, expresadas en sus gobiernos, han creado instituciones internacionales  para engañar y adormecer a los pueblos. La ONU y sus organizaciones dependientes  son “caballos de Troya” para dominar a nuestros pueblos desde sus instituciones, por estar atados a acuerdos internacionales que son de obligatorio cumplimiento para nosotros, so pena de ser sancionados si no los cumplimos, pero no para ellos. Así mismo, la OEA es una institución creada por los Estados Unidos para controlar a su antojo a los países de su “patio trasero”: Los países latinoamericanos.

Las reuniones  en las que participan nuestros  países con los representantes de los países imperialistas como las Cumbres Iberoamericanas, Cumbres Panamericanas, etc., son instrumentos para  confundir a nuestros pueblos haciéndoles creer  que sus intereses son comunes con los de la burguesía mundial.

El Imperialismo ha dominado el mundo, incluyendo a sus propios pueblos, mediante el engaño, la amenaza y el terror,. Afortunadamente el desarrollo de la Informática está permitiendo superar las barreras mediáticas y los pueblos están cada día mejor informados y más alertas. Una muestra de ello está presente en las manifestaciones de los “indignados” en los países ejes de la acción imperialista, incluyendo a Israel. En estos hechos inéditos se destaca una masa de jóvenes de la clase media, que se sienten sin futuro y sin esperanzas ante la crisis mundial del Imperialismo.

Por lo tanto, es el momento de arreciar la contra-ofensiva ideológica, explicando los fenómenos sociales y políticos en forma pedagógica, comprensible para todo el mundo, con el fin de aislar al Imperialismo y sus lacayos criollos. Ellos tienen armas y dinero, pero carecen de apoyo popular. Sus demostraciones últimas ponen en evidencia que agotaron su capacidad creadora, lo que los obliga a quitarse la máscara de demócratas y mostrar su real talante de ferocidad y cobardía. Le temen a los pueblos organizados,  por eso recurren al terror. Amenazan y actúan.

La prédica unificadora por la paz mundial y  la organización de los  pueblos para que solidariamente defiendan sus Derechos Humanos y ejerzan sus derechos democráticos, son armas que en este momento son más poderosas que los aviones y los misiles.

rengifoa@gmail.com