“Esta decisión no convertirá a Palestina en un Estado”, advirtió el Ministerio de Exteriores israelí, que considera que la decisión supone “un obstáculo al reinicio de las negociaciones” y un rechazo por parte de los palestinos a “los esfuerzos internacionales para avanzar hacia la paz”.
El Estado judío no ocultó su malestar con los europeos, que votaron cada uno de acuerdo a su criterio. España y Francia apoyaron la incorporación de Palestina, mientras Alemania se oponía y Reino Unido se abstenía. “Es decepcionante que la UE, que se esfuerza en renovar las negociaciones directas y se opone a las intenciones palestinas, no lograse alcanzar una posición unificada para impedir esta decisión”, indicó Exteriores.
Tensión en Gaza
La preocupación y el enfado de Israel está justificado. Si bien la admisión en la organización cultural y científica no cambiará mucho las cosas, podría no ser más que la primera ficha del dominó. Los palestinos han iniciado su camino y no cambiarán el rumbo.
En los próximos meses, se espera que soliciten el ingreso en otras agencias de la ONU y organismos multilaterales. El más peligroso para Israel sería la entrada en la Corte Penal Internacional, donde los palestinos podrían denunciar la ocupación y las violaciones de derechos humanos. Además, la participación como un Estado más y no como un mero observador en distintas agencias podría también allanar el terreno para que Palestina se convierta en el Estado 194 de la ONU, tal como solicitó en septiembre.
Israelíes y palestinos siguen caminando cada uno por su lado. Unos siguen ampliando las colonias en territorio ocupado y otros continúan los esfuerzos para lograr el reconocimiento internacional. Pese a las palabras amables de cara a la galería, el interés de ambos por renovar las negociaciones de paz parece inexistente.
Al estancamiento político se une la tensión en Gaza. El Ejército israelí y las milicias continúan los enfrentamientos en la Franja, incumpliendo la tregua impulsada por Egipto tras la violencia del fin de semana, en el que murieron un civil israelí y diez milicianos palestinos.
Ayer, las milicias lanzaron una decena de cohetes contra poblaciones israelíes que no causaron daños ni víctimas y la Fuerza Aérea israelí mató a dos milicianos en un bombardeo en Jan Yunis, en el sur de la Franja. Netanyahu negó que hubiera algún tipo de acuerdo de alto el fuego con las milicias y advirtió de que, de seguir el lanzamiento de cohetes, la respuesta será “muy severa”.