Julio C. Gambina

Menos de dos semanas faltan para el recambio de gobierno en la Argentina, en rigor, la propia sucesión de Cristina Fernández de Kirchner (CFK). Los interrogantes se asocian más a los nombres que ocuparán los principales cargos en el gabinete de Ministros y en el Poder Legislativo, donde el oficialismo renueva mayoría, que a modificaciones sustanciales de rumbo, especialmente en materia económica. Aunque la realidad impone una “escala técnica”, tal como enuncia Eduardo Curia desde las páginas de BAE.2

Las medidas enunciadas en la transición, desde las elecciones del 23/10 y hasta asumir el nuevo gobierno el 10/12, revelan preocupaciones en varios frentes y ajustes en la política fiscal para el sostenimiento del superávit estatal y comercial. El balance del sector externo aparece afectado por la demanda de dólares, sean las que sean las motivaciones, desde genuinas operaciones de ahorro, gasto, o inversión, hasta iniciativas políticas de opositores, o maniobras del poder económico. Lo real es que se modificó al alza la cotización del dólar paralelo, aún con fuertes restricciones a las operaciones de compra venta producto de las medidas de monitoreo de la AFIP.

Más allá de la política cambiaria, la cuestión de fondos pasa por la evolución de los precios relativos, y es sabido que la inflación supone una transferencia de ingresos hacia el poder económico. La evolución de los precios tensa el debate abierto entre empresarios y trabajadores respecto del ajuste salarial a discutir en negociaciones colectivas en la primera parte del 2012. Las sugerencias oficiales privilegian una moderación de los reclamos de los trabajadores, quienes demandan actualización de sus ingresos por inserción formal e informal en el mercado de trabajo.

Preocupa la salida de capitales en la estrategia política y el modelo de acumulación.

Esa merma de operaciones cambiarias mencionada, no evitó la salida de ahorros en dólares de la banca, que según el BCRA fueron unos 650 millones de dólares en la tercera semana de noviembre, y 2.300 millones desde fines de octubre; ni contuvo la suba de los intereses, sea a las imposiciones en plazo fijo en pesos (incluso en dólares), como a los créditos. El tema preocupa por la escases de préstamos en la economía Argentina, una virtud a la hora de evaluar los problemas de la economía mundial por la elevada exposición crediticia de particulares y Estados nacionales y provinciales. Lo negativo en el país, el crédito escaso, termina siendo una virtud (a lo Pirro) en el marco de la crisis de la economía mundial.

El tema de fondo son las remesas de utilidades al exterior (RUE), con gestiones intensas desde el gobierno para frenar la salida de capitales ante los anuncios enfáticos de CFK relativos a que no se modificará el régimen legal que permite la libertad de salida por RUE y mucho menos alentar el proyecto legislativo de repartir ganancias con los trabajadores, el proyecto de Héctor Recalde, el diputado asociado a la CGT. La empresa General Motors anunció reciprocidad con el gobierno, vía inversiones, ante el préstamo que oportunamente recibió de la ANSES. Algo parecido sugiere la FORD, destacando inversiones para volver a producir motores en el país e intentar modificar el carácter de industria de ensamble que hoy presenta la principal industria en el país, lejos la que define el crecimiento fabril en el país. La industria automotriz, liderada por el capital extranjero, es cabeza del crecimiento económico en el sector fabril, devolviendo un preocupante perfil dependiente y de ensamble del sector industrial.

Son variadas las señales de CFK hacia los empresarios de la industria, ratificadas en la Conferencia reciente de la UIA. El gobierno pretende desde el fuerte consenso electoral fortalecer un sujeto social que manifieste explícitamente la conciliación de clases para un modelo productivo, que retenga utilidades en la acumulación local y distribuya ingresos para el consumo interno. Es una estrategia que se sustenta con fuerte iniciativa política entre la orgánica gremial de dirigentes sindicales y patronales.

Precios agrícolas en baja y oportunidad para discutir la inserción global.

No solo preocupa el perfil industrial y la fuga de capitales, sino la tendencia a la baja de las cotizaciones de los productos primarios de exportación, especialmente de la soja, nada menos que la mitad de la cosecha agrícola. Esa tendencia en baja preocupa a los empresarios de la producción y al gobierno, que ve afectada su recaudación fiscal. No olvidemos que las retenciones son junto al IVA y Ganancias el eje de la política de recaudación tributaria actual. Durante todo el 2010, los tres tributos generaron el 55% de la recaudación récord, con 27% el IVA, 17% Ganancias, y un 10% los derechos de exportación, nada menos que con 45.000 millones de pesos, algo más de 10.000 millones de dólares al cambio oficial.3

Mantener el ritmo de la recaudación tributaria asegura el financiamiento de políticas sociales masivas, claves a la hora de disputar consensos en la sociedad. La política de ingresos está asociada a mantener abundantes recursos. Eso explica el ajuste con los subsidios, donde solo se mantendrán en el mediano plazo aquellos destinados a quienes justifiquen su situación de pobreza. El desmantelamiento de los subsidios, aún pequeño, que alcanza a menos del 10% del total destinado a ese fin, se irá engordando con el correr del tiempo, en la medida que se siga visualizando consentimiento hacia una estrategia que mantenía privilegios inaceptables para la mayoría empobrecida.

Esa disminución de precios internacionales se asocia a la recesión europea, la desaceleración económica de EEUU, de Brasil y de China, todos ellos importantes a la hora de evaluar las relaciones comerciales de la Argentina con el mundo. Son esos países, con independencia del saldo comercial que se mantiene con ellos, los principales destinatarios de la producción local.

Tensiones entre coyuntura y estructura

Los problemas de la economía mundial afectan la evolución de la coyuntura y favorece una discusión estructural sobre el modelo productivo local. Los nubarrones de la escena global pueden ser de utilidad a la hora de definir soberanamente el rumbo de la producción local, especialmente en la semana que surge la CELAC. La Confederación de Estados Latinoamericanos y Caribeños reúne economías que suman PBI por 6,3 billones de dólares, una potencialidad por reservas de hidrocarburos y producción energética, alimentaria, y una gran riqueza por biodiversidad, con importante y calificada fuerza laboral.

Esta asociación es la que debe privilegiar la Argentina, más que la “vuelta a los mercados”, las “negociaciones con el Club de París”, o los compromisos con el FMI y el sistema financiero mundial por pertenecer al G20, agrupamiento que ilegítimamente pretende “gobernar” el mundo. La hegemonía de la corriente principal de pensamiento económico induce políticas de austeridad. Es ejemplo de ello el pasaje a gobiernos de tecnócratas no electos por sus pueblos en Grecia e Italia; o la alternancia ajustadora entre socialdemócratas y conservadores, caso de España; pero también pasa por los intentos de reflotar el papel del FMI en las reuniones del G20, quizá el único acuerdo sustancial del poder mundial ante la crisis.

La crisis hace sentir sus efectos sobre los trabajadores y los pueblos del mundo, con mayor desempleo y pobreza, producto del incremento de la explotación del capital sobre el trabajo, sempiterna propuesta para superar las obstaculizaciones de la valorización y la acumulación capitalista. ¿No es hora de pensar en la región nuestramericana más allá del orden y la lógica capitalista?

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