La Radio del Sur

Miles de manifestantes egipcios bloquearon el edificio donde funciona el gabinete de gobierno para impedir la entrada del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y del designado primer ministro Kamal el-Ganzouri, quien también ejerció el cargo de primer ministro bajo el régimen de Hosni Mubarak.

El influyente imán de Al Azhar, Hassan Chafie, máxima autoridad religiosa del país y una de las más influyente del islam suní, ha manifestado desde Tahrir que los manifestantes no se detendrán hasta que sus reclamaciones sean satisfechas y ha instado a la Junta Militar a que transfiera el poder a un Gobierno civil. Entre los asistentes al enclave cairota se encuentra el exdirector del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed el Baradei.

Los manifestantes piden que se pospongan las elecciones parlamentarias que deben comenzar el lunes y finalizar en enero. Pero la Junta Militar zanjó el jueves las dudas que aún persistían sobre la celebración de los comicios y garantizó que las Fuerzas Armadas apoyarán a la policía para garantizar la seguridad.

Los militares cuentan en esta ocasión con el visto bueno de los Hermanos Mulmanes, fuerza islamista que espera obtener buenos resultados en las urnas. El responsable de Exteriores egipcio, Mohamed Amro, ha trasladado hoy a sus homólogos estadounidense y británico, Hillary Clinton y William Hague, que seguirán adelante con el proceso electoral.

Por su parte, el presidente de la Junta Militar egipcia, el mariscal Husein Tantaui, ha emitido un decreto conocido a mediodía por el que encarga a Kamal Ganzuri, ex primer ministro de 1996 a 1999, la formación de un Gobierno de unidad nacional y le otorga “todas las prerrogativas”, informó la televisión estatal. El anuncio, no obstante, no ha aplacado el enfado de los cairotas.

Los jóvenes de Tahrir confían en que la multitudinaria manifestación de hoy, bautizada como el “viernes de la última oportunidad”, congregue a cientos de miles de egipcios para aumentar la presión sobre los generales, y que estos acepten abandonar ya el poder. Algo que, a tenor de las declaraciones de sus portavoces, no parece fácil. Los generales alegan que ya han recibido la confianza del pueblo egipcio en el referéndum para enmendar la Constitución el pasado 19 de marzo, y se niegan a fijar una fecha o condiciones para un hipotético plebiscito sobre su marcha.

El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas recibió el encargo de supervisar la transición hacia la democracia en Egipto, tras la expulsión de Hosni Mubarak del poder en febrero, pero a pesar de las promesas de este consejo de acelerar el proceso muchos consideran que se está aferrando al poder.

Estados Unidos se entromete

En un comunicado difundido por la Casa Blanca, la Administración de Barack Obama asegura que “el nuevo Gobierno egipcio debe ser dotado de la autoridad real inmediatamente”. “Creemos”, añade la nota, “que una completa transferencia del poder a un Gobierno civil debe tener lugar de una manera justa e incluyente que responda a las legítimas aspiraciones del pueblo egipcio tan pronto como sea posible”.

Durante meses Estados Unidos ha protegido a la Junta Militar instalada tras el derrocamiento de Mubarak. Washington suministra ayuda militar por mas de mil millones de dólares al gobierno egipcio. La provisión militar jamás fue suspendida a pesar de los graves hechos de represión ejecutados durante el régimen de Mubarak, como por sus sucesores de la Junta Militar.

Los manifestantes han denunciado que gran parte de los pertrechos para la represión, como las bombas lacrimógenas, son suministradas al régimen por Estados Unidos.