Agencias

Una multitud continuaba esta noche en la Plaza Tahrir de El Cairo, tras el quinto día de violencia y represión que causó al menos ocho muertos, mientras el candidato presidencial Mohamed El Baradei denunció que hay «en curso una masacre».

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, denunció hoy el uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes y se pronunció a favor de una rápida investigación «imparcial e independiente».

Pillay exhortó a las autoridades egipcias «a poner fin al uso claramente excesivo de la fuerza contra los manifestantes en la plaza Tahrir y en el resto del país».

Durante toda la jornada hubo tensión y enfrentamientos entre los manifestantes y la fuerza del orden para controlar la calle adyacente a la plaza, Mohamed Mahmoud, cercana al ministerio del Interior.

Gases lacrimógenos volvieron a ser lanzados y causaron intoxicaciones a cientos de personas, luego de una tregua de dos horas a instancias de un grupo de religiosos.

El gran Imán de Al Azhar, Ahmed Mohamed el Tayeb, la mayor autoridad de los sunnitas, pidió hoy que la policía deje de «disparar sobre el pecho de los egipcios» y que las dos partes detengan la violencia.

Por la red social Twitter se pidieron máscaras antigas, medicinas, tubos de oxígeno para proveer a los improvisados hospitales de campaña instalados en la gran plaza, símbolo del fin del regimen de Hosni Mubarak, para dar asistencia a los afectados por los gases.

Los manifestantes seguían durante la noche reunidos en el lugar gritando «Abajo el mariscal Tantawi», jefe del consejo militar que quieren mandar a su casa para dar lugar a un gobierno de unidad nacional transitorio.

En El Cairo, al menos cuatro personas murieron en enfrentamientos registrados cerca del ministerio del Interior por intoxicación de gases lacrimógenos, dijeron fuentes del ministerio de Salud.

Otros cuatro civiles murieron en el resto del país. Uno de ellos un bebé de nueve meses en la ciudad de Tanta, en el Delta del Nilo, tras respirar gas lacrimógeno disparado por las fuerzas del orden durante una manifestación.

Las fuentes precisaron que el bebé estaba en brazos de su madre, que estaba caminando cerca de la zona de la prefectura, donde se registraron los incidentes.

El candidato presidencial y el director de la AIEA, Mohamed El Baradei, lanzó una dura denuncia en Twitter al afirmar que «está en curso una masacre» porque las fuerzas del orden usan «gases lacrimógenos con agente nervioso y munición real».

La acusación fue desmentida por una fuente militar y el ministro saliente de Salud que se acercó a Plaza Tahrir pero fue echado por los manifestantes cuando explicó que los gases usados no contienen sustancias químicas prohibidas.

En tanto, desde la renuncia del gobierno de Essam Sharaf, aceptada el martes por la junta militar, ninguna decisión se tomó sobre quién lo reemplazará en un Ejecutivo interino, mientras el lunes comienzan las elecciones legislativas.

«No estoy en contra del ejército, pero Tantawi se está comportando como Mubarak», afirmó Samir, un manifestante que en tiempos normales organiza safaris en moto por el desierto pero en los últios meses el turismo cayó abruptamente.