Desde hace 20 años, la fundación estadounidense Junior Achievement dicta cursos a más de medio millón de estudiantes de escuelas públicas y privadas de la Argentina.
Lo hace en horario de clase, para difundir las bondades de la economía de mercado y la gestión empresarial privada, a través de 22 programas de negocios que se mezclan con la currícula escolar. Según las palabras de uno de sus fundadores, “le hacemos llegar a los chicos algo que la educación tradicional argentina en manos del Estado no ha enseñado”.
La ONG llegó al país durante el menemismo, que declaró a sus programas como de “Interés nacional”, con la misión de despertar en los jóvenes “el espíritu emprendedor que les permita alcanzar sus metas en un marco de responsabilidad y libertad”. Sin embargo, varios especialistas en pedagogía y políticas públicas se mostraron en desacuerdo con la actividad de esta fundación, al igual que los padres de muchos de los alumnos que reciben estos cursos y que, a veces, ni siquiera estaban al tanto del ingreso de estos contenidos pro mercado a las aulas.
La legisladora Adriana Puiggrós, presidenta de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la Nación, se manifestó muy preocupada ante las consulta de Tiempo Argentino.
“Me parece muy grave que entre a las escuelas públicas una fundación privada con su propio mensaje, sea cual fuere. Es la tercerización del discurso pedagógico y de la ideología educativa. Debería haber más controles del Estado”, sostuvo Puiggrós.
También agregó que esta actividad viola el espíritu de la normativa nacional, ya que “establece principios y valores que están absolutamente en contradicción con la Ley Federal de Educación al formar pequeños jugadores en el mundo de las finanzas”.
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