
Según los expertos, no hay peligro de colisión, sin embargo, se trata de una distancia muy corta (más cercana que la órbita de la Luna) por lo que la agencia espacial estadounidense NASA seguirá la trayectoria del cuerpo hasta que se aleje.
Según explicó la NASA, el control del asteroide, que tiene el mismo tamaño que un portaaviones, se realizará desde una red de radiotelescopios situados en Goldstone (California) y desde el radar de Arecibo (Puerto Rico). La «misión» comenzará a el 4 de noviembre y terminará el 10 de noviembre, según despacho de Europa Press.
Los científicos de la NASA aclararon que esta experiencia puede ser interesante para estudiar el cuerpo rocoso, aprovechando a su cercanía con la Tierra. Además, negaron la posibilidad de una colisión y explicaron que la influencia gravitatoria del asteroide «no tendrá ningún efecto detectable en el planeta». En este sentido, calificaron de «falsos» los rumores que hablaban de cambios en las mareas o en el sistema de placas tectónicas.
La órbita del asteroide 2005 YU55 lo hace pasar cerca de la Tierra, Venus y Marte, sin embargo, este encuentro es el más cercano que esta roca espacial protagonizará en los últimos 200 años, aseguró la NASA.