En este caso, el secretario de Defensa, Leon Panetta, aseguró desde Israel que la Casa Blanca seguirá presionando a Siria hasta que caiga su mandatario, reseñó la agencia EFE.
El funcionario indicó que Washington está “de acuerdo en que Al Asad debe hacerse a un lado”.
Al mismo tiempo, los gobiernos de Irán y Rusia, por separado, se pronunciaron contra la injerencia extranjera en Siria.
En el caso de Teherán, el presidente Mahmoud Ahmadinejad afirmó que el pueblo sirio es capaz de solucionar sus propios problemas sin interferencias en sus asuntos internos.
Durante la Quinta Conferencia Internacional de apoyo a la Intifada palestina, realizada en la capital iraní, el mandatario persa manifestó que el pueblo sirio no necesita que otros países le den “lecturas en la democracia”.
Ahmadinejad afirmó que democracia sólo se logra a través del diálogo y la comprensión interna.
El presidente iraní denunció que existen enemigos que intentan dominar a los pueblos y países de Medio Oriente, ejerciciendo presiones económicas en su contra.
Ahmadinejad advirtió también que una invasión a Siria encabezada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), no conducirá a la libertad y la democracia.
Rusia rechaza actos de terrorismo
Por su parte, el ministerio de Exteriores de Moscú condenó enérgicamente los actos de terrorismo perpetrados por grupos opositores armados que operan en territorio sirio.
En un comunicado, la cancillería rusa aseveró que estos actos violentos son parte de una estrategia destinada a desestabilizar a la nación árabe.
El ministerio alertó que en Siria se podría desatar una guerra civil con devastadoras consecuencias para el país y la región.