Nelson Lanz Fuentes


Han pasado siete años desde que el Chávez viejo, se declaró socialista anti imperialista. A todos nos dijo:»El que quiera patria y socialismo venga conmigo» Hoy en día tenemos patria, pero no tenemos socialismo. Digo que prefiero al Chávez viejo, porque el comandandante, antes era más valiente, más audaz, más revolucionario, más internacionalista, más solidario con los pueblos que luchan contra los yanquis por su independencia y soberanía. Antes Chávez, no tenía pelitos en la lengua para decirle a los yanquis y a los sionistas judíos sobre las atrocidades cometidas por ellos en el mundo entero. Hoy en día, el presidente, se comporta timorato en su acción y más precavido con sus palabras cuando se refiere a un gobierno extranjero.

El Chávez de hoy, (revolucionariamente) no es ni la sombra del Chávez de antes. Nuestro presidente ha cambiado mucho politicamente y se ha ubicado en el campo de una social democracia con ribetes de nacionalismo y de una democracia participativa. Difinitivamente (para mi) el Chávez de hoy, engavetó el proyecto socialista que el Chávez de antes nos ofreció. El presidente, de antes se rodeaba de colaboradores verdaderamente revolucionarios, el de hoy, se encuentra rodeado  en gran parte de aduladores y negociantes de la política.

El Chávez de hace ocho años atras, era el primer defensor del estado laico y siempre le decía sus verdades a la cúpula de la iglesia católica. El de hoy, hace todo lo contrario: no escatima esfuerzo en defender al catolicismo y sus creencias, apareciendose a cada rato en televisión al lado de curas y de obispos que le piden  a su Dios por el restablecimiento de su salud. Este acto de fe, que debiera de ser un acto  personalisimo, Chávez lo convirtió en un acto propagandistico para él y para la higlesia católica. Por eso, es que el cardenal Urosa y su combo de mafiosos, ya ni siquiera dicen: esta boca es mía.

El Chávez de antes, solo con mover un dedo o habrir la boca, era capáz de movilizar a a millones de de compatriotas que se entusiamaban (como yo) con su presencia. El de hoy (perdonen pero lo creo así) ya no tiene ese poder de convocatoria (y no por la enfermedad que acaba de pasar) si no por su política de exclusión de los movimientos verdaderamente revolucionarios y por que los gobernadores y alcaldes supuestamente socialistas, con su mala gestión, se han encargado de hacer, lo que no ha podido hacer la oposición. Él, se ha dado cuenta de esto y es por eso, que quiere reagrupar a las organizaciones que  han dejado de participar del proceso, en eso que llaman el GPP.

El Chávez de ayer, ejercía una política exterior perfectamente independiente y agresiva con Colombia. El de hoy, desde que llegó su nuevo mejor amigo al Gobierno a la patria de Nariño, esa independencia y agresividad cambió por completo. Por tratar de mantener una supuesta zona de paz entre los dos países y de querer ser neutrar en en el conflicto bélico colombiano, a sabiendas que todo lo que suceda en Colombia se refleja aqui, se deja chantajear con el creador de los falsos positivos.  Es por eso que aún mantiene encerrado en las masmorras del DIM al cantautor Julian Conrado.

El Chávez, de antes hizo renacer mis esperanzas perdidas en vivir en una patria socialista en donde el trabajador sea la razón de ser del estado. Donde no existieran los monopolios y en donde toda la tierra esté en manos de los campesinos. Un estado en donde no exista la impunidad ni la justicia burguesa. En donde exista de verdad una justicia igualitaria para todos. Un en estado donde la corrupción sea cosa del pasado. Con el Chávez de hoy, esas esperanzas ( lo digo de nuevo: para mi) se han esfumado.  

A pesar de todo, sigo y estaré siempre al lado del presidente con todo lo que ha cambiado. Yo no soy de los que se retiran a la mitad de la carrera. Soy de los que prefieren luchar y no orar ya que los yanquis y sus lacayos matan mientras rezan. Yo no tengo vocación de suicida y mucho menos de traidor. Se muy bien de que lado están nuestros enemigos a los cuales jamás les daré tregua. Soy guerrillero de conciencia y de acción. Por eso vuelvo a decir como lo dijo el Ché   «Camarada si avanzo; acompañame. Si me paro; empújame. Si retrocedo; matame».

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