
Esta es la dramática descripción que la defensora de los Derechos Humanos, Piedad Córdoba, hace de lo padecido por los habitantes de la zona selvática de Colombia, al extremo oeste del país, donde empresas privadas mineras «están arrasando con los pueblos originarios, como los afrodescendientes y los indígenas».
«Fuimos a acompañarlos a recibir su testimonio, a decirles que consideraran nuestro interés como una causa justa, la de los negros y los indígenas por la lucha por el territorio y porque la minería quiere destrozar cometiendo ecocidio destruyendo el cerro Cara e perro».
Contó que en una «comunidad desplazada, mataron al cura párroco, en otra zona asesinaron a cuatro mineros, a tres les cortaron la lengua, y al otro lo mataron delante de toda la comunidad».
«Les estamos diciendo a la comunidad es que los acompañamos, fortalecemos su presencia y buscamos visibilizar el drama humanitario que está viviendo el país».
Denunció que a la gente la pueden desplazar, la pueden matar, le pueden quitar sus tierras porque allá no va la fuerza pública y además las fuerzas militares y de policía andan de la mano con paramilitares.