Laureano Vidal (*)


Desde hace algunos años, diversas universidades de América Latina vienen manifestando un creciente interés en la creación de oficinas de transferencia de conocimientos y tecnología y de gestión de la propiedad intelectual (P.I.).

El motivo de este gran interés es que muchas universidades en América Latina, en general privadas, se han percatado de que sus pares, en su mayor parte en Norteamérica y Europa, disponen de capacidades que les permiten, entre otras ventajas, generar recursos financieros a partir de los resultados de la investigación y la innovación producidas en el propio ámbito universitario, aunque en proporciones infinitesimales.

Del mismo modo, estas universidades orientan y desarrollan nuevas líneas de investigación con el propósito de incrementar las probabilidades de éxito en el campo de la investigación y el desarrollo tecnológico en un modelo de investigación privatizado que utiliza recursos Estatales de financiación.

El resultado es que lejos de la creación de círculos virtuosos de crecimiento científico y económico en beneficio de la sociedad en su conjunto, tanto en el ámbito empresarial, como en el sector académico, se generan mecanismos de dependencia de las universidades respecto de quienes financian y orientan finalmente las investigaciones destinatarias finales de los resultados de investigación: las empresas transnacionales.

Distintas estadísticas, por ejemplo las del Banco Mundial, de la CEPAL, de la OMPI y de la USPTO (oficina de EE UU) convergen en demostrar que se produjo un incremento en la actividad destinada a la obtención de patentes y protección de los Derechos de PI en América Latina durante la última década, como resultado de la aplicación, en algunos países de la región, de políticas en materia de innovación, ciencia y tecnología, así como de la existencia de un entorno político que ha también favorecido.

Sin embargo, esta información permeada en estadísticas es segmentada y no devela los datos duros de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología que compilan las solicitudes presentadas en los países de la región y donde en los más industrializados se devela que las patentes nacionales:


País / Año

2006

2007

2008

2009

Argentina

1020

937

801

640

Brasil

6966

6975

8056

7875

Colombia

143

115

126

128

Venezuela

274

152

123

………………..


La contundencia de los números muestra como las verdaderas beneficiarias de las patentes resultan ser los capitales extranjeros que si solicitan proteger sus tecnologías para crear mercados cautivos en cada uno de los países.


País / Año

2006

2007

2008

2009

Argentina

4597

4806

4781

4336

Brasil

18440

17710

18994

18076

Colombia

1860

1861

1818

1546

Venezuela

3086

2961

2778

………………..


Investigadores latinoamericanos aseguran que el modelo de creación de conocimiento afincado en las patentes es parte de un mecanismo enquistado en los ministerios de ciencia y tecnología que surge de laboratorios de EE UU y Europa, y han cooptado a los investigadores nativos formados en USA y UE utilizando el marketing de la innovación para financiar “burbujas científicas”.


(*) Investigador