Israel Colina

La ONU y la OTAN son instituciones criminales. En pleno siglo XXI, salvando las honrosas excepciones de países dignos, siguen legitimando crímenes de “lesa humanidad” al amparo de leyes y tratados internacionales – que son una pantomima- que no respetan, pero los usan como pretexto para invadir, aplastar gobiernos legalmente constituidos y montar regímenes títeres y “democráticamente” dictatoriales. Son diplomáticamente ineficientes y bélicamente efectivos. Son organismos que incentivan la guerra y con doble rasero, hablan de “paz”. Son instituciones que ocultan las realidades de sus países y crean escenarios de distracción mundial en otros.

“La paz de los sepulcros” es la que cultivan. Estimulan la cultura de la violencia y la muerte y la suavizan con discursos “pacifistas” variopintos en “Asambleas Extraordinarias”, que lo que más tienen de extraordinarias son el derroche de hipocresía y mentiras. La ONU es un organismo inservible y falaz. La OTAN es el brazo armado que consuma los delitos que esta promueve con “cautela” en el continente europeo y ahora obviamente, en el africano, por consiguiente en el australiano y el asiático, amparados por los presidentes contemporáneos de la ONU como Kofi Annan, Ban Ki-moon o cualquier otro ser inservible o traidor a la humanidad que reúna ciertas credenciales académicas, sangre fría, el don del caradurismo y el respaldo de “lobbys” corruptos transnacionales.

Sin duda, las matemáticas imperiales favorecen a quien saca las cuentas, a Wall Street, al FMI, al Banco Mundial, porque ellos saben lo que va a pasar. Las cuentas nunca tienen que ver con vidas de seres humanos sino con mercancía, con dinero: armas, logística de tropas (combustible, alimentación, entre otros), reconstrucción de los países invadidos y la apropiación de sus recursos naturales renovables y no renovables. Sencillamente porque la paz, no genera dividendos. Un mundo en paz, sin sobresaltos y armonioso no genera el flujo de capitales que generan las guerras y la política internacional corrupta de oligopolios.

La ONU, discute como mampara en contra de las guerras “inevitables” y la OTAN, las consuma atendiendo las Resoluciones que cinco países (China, Francia, Rusia, Reino Unido y EEUU) disponen en su “Consejo de Seguridad” de los ciento noventa y dos que la conforman, porque no todos tienen derecho a voto y veto. ¿Para qué sirve un organismo integrado por todos los países del mundo si solo cinco deciden? La seguridad de la ONU significa “más inseguridad” para los países pequeños o del llamado tercer mundo; es decir, la mayoría de las naciones del planeta. Esto ha quedado ya, más que demostrado. El planeta es hoy, luego de Husseim, Bin Laden y Gadafi, más inseguro. Cada vez que EEUU acude al discurso de “la paz”, una invasión, una guerra, un genocidio, es inminente. Lo acompañarán siempre: Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y otros gobiernos miserables.

Las manifestaciones mundiales de indignados en países de Europa y Norteamérica son evidencia de la inevitable caída del sistema capitalista, pero quieren ocultarlo y además, mantenerlo vivo. Guerras, invasiones, magnicidios, apoyo a mercenarios y a traidores a cualquier patria es lo que seguirá ocurriendo si logran aplacar la opinión y acción pública de los habitantes de este planeta. Ahora asistimos a la barbarie televisada, a los nuevos “coliseos”, a la “santa” inquisición de los demonios transfigurados en el “bien” y “El Salón de la Justicia” de sus “comics”. Todos los países no alineados son y serán hasta la caída definitiva de EEUU, “La legión del mal”; satanizados todos por los sempiternos epítetos de “comunistas”, “socialistas”, “ecologistas”, “naciones violentas”, “antidemocráticas”, con sus presidentes electos democráticamente pero al fin y al cabo descritos por ellos como “dictadores” y una sarta de ofensas a la inteligencia humana. El Vaticano por cierto, siempre reza después de las muertes, nunca antes. Por algo será.

Ni China ni Rusia pueden negar su responsabilidad en la co-gestación del asesinato de Muammar Al Gadafi, tras no vetar en marzo pasado, la Resolución 1973 de la ONU, que cínicamente sólo autorizaba una “zona de exclusión aérea” sobre Libia, hoy territorio ocupado. Sólo ahora cuando los imperios quieren apoderarse de Siria e Irán, vetan sanciones, a todas luces, ilegales. Los imperios a lo único que están resueltos es a matar. Y aquí solo importan ellos, sus negocios, la vendimia de las patrias a cambio de la subyugación ante el nuevo colonialismo. Y en cada país, hay “gente” presta a servir a estos intereses por un puñado de dólares. Vienen tiempos peores. La caída estrepitosa del sistema capitalista. Lo que estamos viviendo, es sólo el principio del dolor de la bestia herida de muerte que intenta sobrevivir a costa de todo y contra todo. Un presidente negro y guerrerista es el “Nóbel de la Paz” y su blanca Secretaría de Estado, se burla por televisión de la muerte criminal del líder de una nación. Bienvenidos a la nueva “fiesta de los buitres”.

israelcolina@yahoo.es