Enoc Sánchez
Aporrea

Siempre le escuchaba a mi madre un viejo aforismo que rezaba “piensa mal y acertarás” y más aún tiene vigencia esta máxima si nos ponemos a pensar en todo lo que está pasando con los líderes del cambio en sur América. No creo en casualidades y peor aún, no puedo pensar en una especie de epidemia cancerosa que está contagiando a un grupo de eminentes latinoamericanos.

Durante el imperio romano y las monarquías europeas era frecuente desaparecer a su contrincante o futuro heredero del imperio o reino, haciendo uso de pócimas que dejaban de lado a cualquier competidor. Con el tiempo, tales prácticas se dejaron de lado y se fue innovando la manera de acabar con enemigos políticos. No es muy lejano aquellos aciagos momentos cuando la CIA por diversos métodos  hizo desaparecer los líderes que no eran complacientes con la política del Departamento de Estado. Debemos recordar a Pancho Villa, Sandino, Lumumba, Omar Torrijos, Juan José Torres de Bolivia, Salvador Allende, entre tantos de los dirigentes del mundo en cuyos asesinatos estuvo involucrada la CIA.  La forma de acabar con los líderes cambió y de eso dan testimonio las muertes recientes  de Sadam Husein y Gadafi. ¡Cuidado! Tenemos un nuevo panorama ¿será una simple coincidencia que Lula, Chávez. Lugo y Russef opuesto a la política neoliberal estén o estuvieron afectado de una misma enfermedad: cáncer? No creo estar fantaseando, la tecnología en el mundo está cambiando de manera peligrosa y no es imposible inocularle células cancerosas por alguna vía a una persona. Mucho cuidado con Correa, Evo y Ortega.

 

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