La información fue negada por el consejero de prensa del presidente iraní, Alí Akbar Javanfekr, quien en declaraciones a los medios locales aseveró que el Gobierno de ese país no tiene ni ha tenido planes de tal homicidio.
Akbar Javanfekr insistió en que “el Gobierno estadounidense y la CIA (Central de Inteligencia) tienen una larga experiencia en desviar la atención de la opinión pública de los problemas internos de Estados Unidos” y que ahora la intención es sólo seguir desprestigiando la imagen del Gobierno iraní.
Del mismo modo, señaló que hay que estar atentos ante esta nueva falacia difundida.
“Ahora habrá que esperar conocer los detalles de este escenario prefabricado para descubrir los objetivos del Gobierno norteamericano», agregó.
Este martes, el Fiscal General de Estados Unidos, Eric Holder, acusó a dos iraníes de haber intentado asesinar al embajador saudita en Washington, Adel Al-Jubeir, en lo que según EE.UU. fue “un complot concebido, financiado y dirigido desde Irán».
De los acusados, uno -Mansor Arbabsiar, de 56 años- fue detenido en septiembre pasado y el otro Gholam Shakuri, miembro del grupo de élite militar Al Qods, con base en Irán, permanece desaparecido.
Según la versión de Holder, ambos agentes “orquestaron” un atentado que podría haber implicado la explosión de una bomba en Washington; pero no mostró las pruebas de tal afirmación.
Holder también dijo que el Departamento de Justicia de EE.UU. tenía previsto presentar a Arbabsiar ante un juez en Nueva York (noreste) este martes, para acusarlo de este complot «dirigido por facciones del Gobierno iraní para asesinar a un embajador extranjero en suelo estadounidense, mediante explosivos».
No obstante, hasta ahora, no se informado si la acción se llevó a cabo.
Aunque los medios de comunicación estadounidenses difundieron que el supuesto atentado formaría parte de un ataque más amplio contra las embajadas saudita e israelí en Washington; tampoco se detalló sobre las evidencias que sustentan esta hipótesis sino que se describió una secuencia de hechos que nadie ha certificado como verdadera.