Octavina Díaz

Que alegría y orgullo latinoamericano leer las palabras del Presidente Rafael Correa dirigiéndose al Banco Mundial. Ya basta que los países latinoamericanos estemos financiado a organizaciones que al final atentan con nuestros intereses. La OEA, ONU y el Banco Mundial son instituciones que fueron creadas para defender los intereses de los pueblos, para procurar la paz y el respeto entre los países, y para ayudar en lo económico cuando alguno de sus miembros pasara por condiciones difíciles, pero, resulta que con el tiempo se han convertido en los brazos ejecutores de las políticas invasoras del imperio, en contra de los países más indefensos.

Por mencionar un hecho, la OEA, apoyo a Inglaterra cuando la guerra de las Malvinas, yendo en contra de uno de sus países miembros y a favor del hermano mayor de Estados Unidos como es Inglaterra. Los latinoamericanos debemos entender que los imperios trabajaran siempre para sus intereses individualistas, por eso, jamás nos sentaremos en una misma mesa en igualdad de condiciones.

Los imperios han entendido desde mucho, que para dominar hay que poseer armas, mientras que obligan a los otros países a desarmarse, para hacerlos presa fácil de sus invasiones cuando sienten necesidad de satisfacer sus niveles de vida de prostitución y vanidad. Los imperios atacan con furia para robar y ultrajar las riquezas de los demás, porque, esa es su cultura, la historia ha dejado constancia a través del tiempo de todos los desmanes mundiales ocasionados con su gran poderío bélico.

Los gobiernos de América del Sur, deben entender que la unión debe ser con sus iguales, jamás, con aquellos que anhelan tus riquezas. Durante muchos siglos hemos constatado que quienes dominan son aquellos que mejor tecnología poseen, entonces, es ingenuo pensar que nos libraremos de una invasión sin armas. Anteriormente las revoluciones se desarrollaban a través de los métodos violentos, así, llegaron al poder gobiernos como el de Gadaffi y Fidel Castro. No interpretar los tiempos históricos, es desde mi perspectiva  una mala interpretación de los tiempos históricos, eso sería como que nosotros en este tiempo juzgáramos los métodos empleados por Simón Bolívar en la puesta en acción de su decreto de Guerra a Muerte. Con eso quiero decir que no podemos juzgar a Fidel y a Gadaffi porque en esos momentos los métodos adoptados eran a través de la lucha armada. Dar dictámenes desde nuestra tranquilidad de quienes arriesgaron sus vidas y las vidas de sus pueblos en la lucha por la soberanía me parece falto de ubicación. La revolución bolivariana tuvo sus comienzos por la lucha armada, no hay que olvidar que Hugo Rafael Chávez Frías, intento dar un Golpe de Estado el 4 de febrero de 1992, el cual fracaso, y por el quel tuvo preso más de 2 años.

No interpretar que el imperio aplica los mismos mecanismos de siempre, es una soberana ingenuidad por no decir otra cosa. Es lamentable oír y leer a voceros que tienen respetables espacios mediáticos criticar la revolución verde liderizada por Gadaffi, y que además dicen entender la historia. Gadaffi ya lo asesinaron como lo saben hacer muy bien los imperialistas, regando en el mundo el terror de lo que harían con aquellos que osaran seguir su ejemplo, como Huseim, entre otros. Es ingenuo pensar que con puras ideas vamos a defender nuestra revolución bolivariana. El imperio, cuando decide atacar no le importa las ideas que tengan los pueblos, simplemente invaden con su bombas, y que inteligentes, sus gases y sus sustancias químicas.

Los Surdacas como nos dicen los europeos, debemos entender que nuestra única salvación es la unión con nuestros iguales, es decir, no caer en la trampa esa de que uniéndote con los fuertes vas a estar bien acompañado, eso es como hienas cuidando carne, o dormir con el enemigo. El enemigo en estos momentos sólo quiere petróleo y riquezas naturales para mantener su estatus de vida mundana. Y por su puesto por razones naturales las buscará, no importándole a quien se lleve por delante para lograr su bienestar.

Nosotros tenemos la obligación de cuidar los recursos que son herencia de la humanidad y de nuestros herederos latinoamericanos. Para ello, debemos lograr la ansiada unión latinoamericana, tarea dejada hace 200 años, y encomendada por nuestros próceres, Bolívar, Sucre, San Martín, Francisco de Miranda, Guicaipuro, Tupac amaruc, entre tantos que ofrendaron sus vidas por nuestras patrias, y que no es justo detenernos a criticar desde nuestras posiciones cómodas de intelectuales ilustrados.

Bravo Correa eres un orgullo, admiro tu gallardía y tu dignidad en todos los eventos que te ha presentado la canalla imperial y oligarca.

Patria socialista y unión latinoamericana.