Manuel Flores Artiga
“El hombre que nunca muere. Desde la selva profunda se escucha el temido nombre del fantasma que camina, morador de la cueva de la clavera. Su misión, llevar la ley y el orden a los confines de la tierra”
Los imperialistas, a partir de la caída de la Unión Soviética y del ascenso al poder de la burguesía y comunistas en China. Han renovado su arsenal ideológico, político y militar para retomar la hegemonía mundial en esta época.
Eligieron la consigna de “la defensa de la población civil ante la amenaza de los dictadores”, que en su concepción, es más adecuada para la política de distención internacional que ellos impulsan, combatiendo preventivamente los focos de donde surgirían posibles amenazas a la paz mundial.
La médula de la nueva consigna es detener el avance de los movimientos progresistas mundiales que se desarrollan en el marco de la” multipolaridad mundial”, producto de la finalización (mental) de la guerra fría. Esta consigna tiene como objetivo, minar el enorme prestigio internacional que estaba cobrando la política de desarrollo independiente de los países emergentes de la miseria, como: Corea del Norte, Siria, Cuba, Irán, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Venezuela y Libia.
El imperialismo al proclamar la defensa de los civiles, pensaba quedar limpio de la sangre derramada contra el pueblo de Irak, Afganistán y Palestina. Ellos creyeron que la misma estrategia aplicada en Egipto y Tunez iba servir para asustar al pueblo libio y a sus dirigentes. Las cosas no salieron así; ahora, los imperialistas, se han anegado todo el cuerpo, en el caudal de sangre de decenas de miles de civiles libios: ancianos, niños, mujeres y jóvenes que ellos han asesinado con los bombardeos y las armas entregadas a los “rebeldes”.
Pues menospreciaron la inteligencia colectiva, la fortaleza moral, el patriotismo y el heroísmo militar de la población y los líderes tribales de la Yamahiriya verde. Y también creyeron que los países emergentes de la miseria y la dependencia, iban a detener sus esfuerzos unidos de progreso económico, social y de protección de sus recursos naturales; por el contrario, se han fortalecido.
Ahora, los imperialistas están preocupados por el debilitamiento progresivo de la ideología de la barbarie militar. No sólo en sus países, sino también, en la arena internacional.
Como muestra tenemos que: las constantes y masivas movilizaciones de los jóvenes desempleados que empezaron en Portugal, cobraron fuerza en España y se han extendido a Atenas, Londres y Nueva York, han comenzando a sentir y ver las profundas raíces económicas de sus problemas financieros y laborales.
Masas de europeos y estadounidenses que no se conforman ya, con la cacareada política económica de la igualdad de posibilidades, con la que, los han mantenido soñando, sus gobiernos, por muchos años. Esto significa que esas masas tienen menos confianza en sus gobiernos.
Los imperialistas para levantar la confianza, quieren mostrar que son fuertes en el extranjero, agrediendo pueblos y vendiendo armas de última generación (Escudo anti misiles a España, y a otros países europeos).
Sin embargo, el mantenimiento de las iniciativas de progreso, la unidad y la lucha de los pueblos emergentes de la miseria han hecho crecer la fisura entre la corriente belicista de los gobiernos y el ánimo de los indignados. Que hoy demandan que el dinero que los gobiernos se gastan en las guerras, en la compra de armas y en los lujos exagerados de los millonarios, se utilice para resolver los problemas serios de la miseria y el desempleo.
En perspectiva, es posible que este sentimiento anti-belicista de los indignados desemboque en una lucha por la paz mundial, por el empleo mundial y por el respeto a, la auto determinación de los pueblos. Si es así. Esto ayudaría a detener la masacre que la otan está cometiendo en Afganistán y en Libia. A la vez, ayudaría a que los medios masivos no tomen los acontecimientos históricos donde sufren los pueblos agredidos, como capítulos de películas de acción, que se ven en cualquier auto bus inter-estatal o inter-departamental. (de acuerdo al país). Dado que con ello, se convierten en cómplices de la mentira y en parte de la corriente belicista de los gobiernos imperiales. Tampoco esto significa que solo se dediquen a dar noticias rosas y de chambres de los mandatarios imperiales. Pienso que es necesario reflexionar sobre la filosofía y la ética en que se deberían fundamentar los medios de comunicación, principalmente de los países progresistas y los que se caracterizan como socialistas o revolucionarios.
No olviden que el fantasma que camina, puede llegar a cualquier rincón del planeta, con su perro pastor alemán, con las dos pistolas, ridículamente con el calzoncillo encima del pantalón y con una calavera en el puño.
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