
Según The Wall Street Journal, la orden forzaba a las dos compañías a proporcionar a la Casa Blanca listas con las direcciones de e-mail de todas las personas con las Appelbaum había mantenido correspondencia en los últimos dos años, aunque no el contenido completo de esas comunicaciones.
Appelbaum no ha sido ni arrestado ni acusado de haber cometido ningún delito, pero la ofensiva del Gobierno estadounidense contra los activistas de WikiLeaks parece cada vez más clara. Una ofensiva reforzada por la Ley de Comunicaciones Electrónicas, que da libertad a Washington para intervenir y obtener información los e-mails y llamadas de teléfono de los ciudadanos sin necesidad de una orden.
Twitter se enfrentó a una situación similar este año después de que un Tribunal emitiera una orden para que entregaran los datos de varios seguidores de Wikileaks como parte de una investigación del Departamento de Justicia por la filtración de documentos confidenciales. Sin embargo, la red de microblogging aún no ha revelado la información, según el periódico.
