Miguel A. Garcia

 

El modelo mencionado desde hace algunos años por la presidenta Cristina Fernández es una suerte de capitalismo semi-industrial con un fuerte componente de agro-exportador-sojero insertado en el capitalismo global actualmente en “crisis” en el centro del vientre de la bestia yanqui y europea.

 

El actual momento de bonanza es equivalente (no igual) al del presidente Juan Domingo Perón durante la década de la 2da postguerra militar inter-imperialista 45-le ha dado un margen de holgura económica producto de medidas anti crisis tomadas en los últimos 8 años y luego del default del 2001.

 

Los límites que el propio sistema capitalista impone a las economías del mundo no escapan a la lógica de los mercados. Actualmente y producto de la aspiradora de dólares aplicada desde las transnacionales se está experimentando una fuga de divisas de 20.000 millones de dólares en lo que va del año superando el ingreso de dólares por exportaciones.

El capitalismo financierizado es implacable a la hora de mostrar sus garras y recurrir a sus “ahorros” en los países en desarrollo. La Argentina no escapa a esta lógica siendo el gobierno de Cristina Fernández explícitamente capitalista neocepalino.

 

Así las cosas el próximo período será un camino minado de maldades y celadas impuestas por el capital global y los monopolios establecidos en territorio argentino quienes no tendrán contemplaciones a la hora de disputar el verdadero poder en crisis frente a una pequeña economía agroindustrial primarizada que siendo bloqueada tecnológicamente desde las economías transnacionalizadas enfrentará tremendos desafíos ante la feroz guerra económica lanzada al los pueblos de Europa y EE UU, quienes ahora se defienden luchando por su propia subsistencia.

 

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