La denuncia fue presentada por un sindicato de trabajadores del área de servicios, que aseguró que la multinacional abusa de sus empleados a través de un esquema de horarios «movibles y variables», informó la agencia del Senado brasileño.
«En los momentos de menor actividad en sus locales, los empleados son llevados a una sala de descanso, donde deben estar a disposición de McDonalds pero sin recibir» pago por el tiempo que permanecen allí, dijo la central de trabajadores Sinthoresp.
El director de relaciones públicas de MacDonald’s, Pedro Parizi, admitió la posibilidad de que se produjeran abusos dentro de una empresa con 40.000 empleados, pero enfatizó que se trata de casos excepcionales.
«McDonald’s viene adoptando diversas medidas para evitar problemas como este», añadió Parizi durante la audencia convocada por la Comisión de Derechos Humanos del Senado.
En un comunicado de prensa, la compañía se defendió de las acusaciones y subrayó que fue una de las primeras en incorporar en Brasil «un sistema biométrico electrónico» para registrar las horas trabajadas, según la agencia Estado de Sao Paulo.