Un cable diplomático de Estados Unidos hecho público por WikiLeaks proporciona evidencia de que tropas de Estados Unidos ejecutaron al menos a 10 civiles iraquíes, incluyendo a una mujer de 70 años y a un bebé de 5 meses de edad, y después pidieron un ataque aéreo para destruir las pruebas, en un polémico incidente ocurrido en el 2006 en la ciudad central iraquí de Ishaqi.
El cable no clasificado, que fue publicado en el sitio web de WikiLeaks la semana pasada, contenía preguntas de un investigador de las Naciones Unidas sobre el incidente, que había enfurecido a los funcionarios locales iraquíes, quienes exigieron algún tipo de acción por parte de su gobierno. Funcionarios de Estados Unidos negaron en el momento que algo inapropiado hubiese ocurrido.
Sin embargo, Philip Alston, relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, aseguró en una comunicación con los funcionarios estadounidenses fechada 12 días después del incidente del 15 de marzo del 2006, que las autopsias realizadas en la ciudad iraquí de Tikrit mostraron que todos los muertos habían sido esposados y que se les disparó en la cabeza. Entre los muertos había cuatro mujeres y cinco niños. Los niños eran de 5 años o menores.
Contactado por correo electrónico el miércoles, Alston afirmó que a partir del 2010 -los datos más recientes que el tenía- las autoridades de Estados Unidos no habían respondido a su solicitud de información, y que el gobierno de Irak tampoco había dado respuesta. Dijo que la falta de respuesta de Estados Unidos “fue el caso en la mayoría de las cartas a Estados Unidos en el período 2006-2007”, cuando los combates en Irak alcanzaron su punto máximo.
Alston indicó que no podía suministrar más información sobre el incidente. “La tragedia -dijo- es que este complejo sistema de comunicaciones está establecido, pero el Consejo de Derechos Humanos [de la ONU] no hace nada para dar seguimiento cuando los estados ignoran las cuestiones que se les plantean”.
El Pentágono no respondió a una solicitud de comentarios. En ese momento, funcionarios militares estadounidenses en Irak declararon que los relatos de ciudadanos que presenciaron los hechos tenían muy pocas probabilidades de ser ciertos, y más tarde ampliaron que el incidente no ameritaba mayor investigación. Las autoridades militares también se negaron a revelar que unidades podían estar involucradas en el incidente.