En el comunicado, la cancillería rusa además enfatiza que acepta el programa de reformas elaborado por el CNT, entre las que se contempla una nueva Constitución, la convocatoria de elecciones generales y la formación de un gobierno.
“Nuestro país ha establecido y mantiene relaciones diplomáticos con Libia desde el 4 de septiembre de 1955 y jamás las ha interrumpido independientemente de la administración que gobernara en Trípoli”, añade el texto.
La cancillería rusa subraya también que todos los convenios ya suscritos entre ambos países seguirán vigentes y serán cumplidos.
El CNT ese el ente en el que se han agrupado los hombres armados que, apoyados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), iniciaron en febrero pasado la rebelión con la que pretenden derrocar al líder libio, Muammar Gaddafi.
En el contexto de la agresión militar contra Libia liderada por la OTAN para acabar con el gobierno de Gaddafi, este organismo rebelde también cuenta ya con el reconocimiento de “autoridad legítima” por parte de Alemania, Estados Unidos, España, Francia y Reino Unido, entre otros países.
El pasado miércoles, Rusia anunció su participación en la conferencia que celebra este jueves en París el Grupo de Contacto de Libia para defender sus intereses económicos y su postura de que el arreglo del conflicto libio, una vez finalizado, debe quedar exclusivamente en manos del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El anuncio del Gobierno ruso se produce luego de que, en reiteradas oportunidades, criticara el papel de la OTAN en Libia, por considerar que esa alianza bélica aprovechó el mandato de la ONU para imponer una zona de exclusión aérea para “proteger” civiles una excusa para entrar a ayudar al CNT en su afán por derrocar a Gaddafi.
El CNT no cuenta con el apoyo de países latinoamericano como Argentina, Brasil, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela.