Gregory Caton, un formulador que vivía en Ecuador, fue secuestrado a punta de pistola en 2009, obligado a entrar a un avión comercial de American Airlines en Guayaquil y llevado a Miami como parte de una operación de “rendición extraordinaria” que involucra a funcionarios de la FDA suministrando a sabiendas falsa información a la Interpol (entre otros crímenes) y reclutando lo que parecen ser agentes del FBI, quienes ilegalmente operaron sobre el terreno en Ecuador, refiere dicho medio.
Natural News ha adquirido documentación que prueba que Greg Caton fue ilegalmente acechado y luego secuestrado en Ecuador por agentes del Departamento de Estado de Estados Unidos, que sobornaron a funcionarios locales y personal militar en Ecuador para ayudar a llevar a cabo los actos criminales.
El reporte del movimiento migratorio de Caton muestra que él nunca salió de Ecuador en 2007. Eso es porque fue secuestrado por oficiales estadounidenses que violaron la ley internacional y violaron el propio proceso legal de Ecuador al trasladarlo forzosamente desde ese país.
Curiosamente, Caton no estaba haciendo nada considerado ilegal por Ecuador. De hecho, la idea de crear ungüentos y productos de hierbas utilizando plantas de la Madre Naturaleza es considerado perfectamente normal en Centro y Suramérica.
La idea de que alguien podría ser marcado como un “criminal internacional” por vender un ungüento a base de plantas para el tratamiento de cáncer es considerado absurdo. Ecuador realmente dio la bienvenida a Greg Caton porque él estaba fabricando ahí su producto Cansema, contratando a trabajadores y suministrando empleo para los ecuatorianos.
La FDA de Estados Unidos, por otra parte, protege los intereses financieros de los grandes laboratorios de medicinas, tratado de hacer ver a los herbalistas como criminales.
INFORMACIÓN FALSA
Como parte de su esfuerzo para criminalizar a Caton, la FDA conspiró con el Departamento de Justicia de Estados Unidos para suministrar información falsa a la Interpol, el grupo internacional de investigación criminal. A través de este esfuerzo de información falsa, la FDA se las arregló para conseguir señalar a Greg Caton como fugitivo internacional y que era buscado por “crímenes relacionados con medicinas”. Hasta se le dio estatus de “aviso rojo”, que normalmente es reservado para genocidas, violadores en serie y criminales de guerra fugitivos.
Además de esa maniobra a Interpol, la FDA logró colocarlo junto a Osama Bin Laden en la lista de “Los Más Buscados del Mundo” en la revista Parade.
En la lista figuran genocidas, estafadores, violadores y otros criminales. Y ahí está Greg Caton, quien falsamente es descrito como un “condenado por vender medicinas falsas y dañinas contra el cáncer (…) a consumidores engañados”.
Caton estaba vendiendo curas reales para el cáncer con pleno conocimiento de los consumidores, muchos de los cuales habían salvado sus vidas con el ungüento Cansema. Es a través de las mentiras y falsa propaganda de la FDA que Greg Caton fue colocado en la lista de los “Más Buscados del Mundo”.
El juez Angel Rubio, luego de revisar los hechos del caso, emitió una orden de liberación inmediata para Caton. No había evidencia presentada de que Caton había hecho algo que ordenaría su extradición. La orden del Juez nunca fue cumplida ya que los agentes estadounidenses lo metieron en un avión de American Airlines, vuelo # 952, el viernes 11 de diciembre 2009 y lo sacaron ilegalmente del país. Los derechos legales de Caton como residente permanente legal en Ecuador fueron completamente violados.
El capitán de la Policía Nacional Ecuatoriana, Wilson Reyes, privó a Caton de su libertad sin el beneficio de un juicio, cambio de ropa o acceso a alimento.
Luego de haber sido tomado de la prisión de Guayaquil, Caton le preguntó a Reyes a dónde iban, quien respondió claramente que él estaba siendo llevado a ver a un juez para su audiencia. En cambio, Reyes llevó a Caton inmediatamente al Aeropuesto Internacional de Guayaquil. Fue deportado en un vuelo directo desde Guayaquil hasta Miami.
Caton fue escoltado por dos policías ecuatorianos, uno de ellos era el capitán Reyes, quien rechazó obedecer las órdenes del Juez ecuatoriano, Angel Rubio. Por lo tanto, Reyes cometió traición por optar seguir las órdenes del Departamento de Estado de Estados Unidos en vez de seguir las de un juez federal ecuatoriano.
(*) Para El Correo del Orinoco