El parlamento italiano aprobó hoy el plan presupuestario de emergencia de 54.000 millones de euros creado según las autoridades para «equilibrar las finanzas públicas para 2013 con el fin de proteger al país del riesgo de sufrir una crisis de endeudamiento». El brutal ajuste significa un duro golpe a los derechos más elementales y crearán situaciones irreversibles para millones de italianxs que verán asiminuido su acceso a la salud, la educación, al empleo y la vivienda.
Hay que resaltar que si bien no fue aprobado por mayoría en la Cámara Baja (314 votos a favor y 300 en contra) no se han conseguido los votos como para rechazarlo.
El documento, apoyado la semana pasada por el Senado, contiene las medidas de último momento que el Banco Central Europeo (BCE) le exigió a Berlusconi para tranquilizar los mercados globales en relación con la estabilidad financiera del país.
El paquete contiene grandes recortes al gasto público, más impuestos, una reducción de los costos políticos y de muchas autoridades locales y una nueva reforma al sistema de pensiones.
Cuando estaba transurriendo la votación mucha gente comenzó a congregarse en forma espontánea frente al Parlamento ante el cual ya se encontraban grupos de sindicatos combativos para protestar contra este nuevo ultraje -de neto corte neoliberal- a los y las trabajadoras por parte del estado y los grupos financieros.
Los manifestantes han lanzado bombas de papel y corazones de ternera, en referencia a la frase pronunciada por Berlusconi cuando presentó el Plan: «Mi corazón sangra, pero estoy obligado a emprender decisiones impopulares». La represión no se hizo esperar y la policía cargó contra lxs manifestantes. Muchxs de ellos se encaminaron entonces a marchar al centro de la ciudad.
Han anunciado que ayuntamientos y regiones se manifestarán durante el día de hoy en todo el país contra los recortes previstos en el ajuste.