Kaos en la Red-EUROPA PRESS

Sin embargo, como buena organización imperialista, diseñada especialmente para atacar a aquellos países que no acatan las políticas del imperio, HRW no habla de juzgar ante el TPI a los responsables, esto es, Bush, Aznar, Blair, Uribe, y compañía. Eso lo dejan para casos como el de Gadafi, la ex Yugoslavia, o países del África Subsahariana.

NUEVA YORK.-La organización de Derechos Humanos estadounidense Human Rights Watch (HRW) ha recordado este viernes el “enorme daño a la causa de los Derechos Humanos” causado por los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, de los que este próximo domingo se celebra el décimo aniversario.

“El décimo aniversario de los atentados del 11 de Septiembre es una ocasión para recordar a las víctimas y para reafirmar la importancia de los Derechos Humanos”, así como “para oponerse a los terroristas que matan en nombre de una causa y a las autoridades que hacen ‘desaparecer’ o torturan a sospechosos en nombre de la lucha contra el terrorismo”, afirmó la organización en un comunicado.

“Antes que nada, se produjo una pérdida irreparable de vidas ese mismo día, las de alrededor de 3.000 personas procedentes de muchas naciones”, afirmó HRW, con sede en Nueva York. “El terrorismo, el ataque deliberado a civiles por motivos políticos, es una afrenta al movimiento por los Derechos Humanos”, agregó.

Los atentados suicidas del 11 de Septiembre fueron condenados por “la mayoría de la población”, pero también “dieron lugar a réplicas” y sirvieron “de inspiración para la epidemia de atentados suicidas contra civiles que se produjeron en la siguiente década”, destacó HRW. “El creciente número de personas dispuestas a sacrificarse a sí mismas por una causa ha complicado aún más la lucha contra el terrorismo”.

GUANTÁNAMO, COMISIONES MILITARES, VUELOS DE LA CIA

“Sin embargo, el legado dañino del 11 de Septiembre también se aprecia en la reacción que produjo”, prosiguió la organización. Frente a las personas que advirtieron de que “el mejor antídoto frente al terrorismo era reafirmar los valores que habían sido burlados” y “el respeto escrupuloso de los Derechos Humanos y del Estado de derecho”, “con demasiada frecuencia, los que dirigieron la lucha antiterrorista adoptaron la lógica del ‘fin justifica los medios’”, lamentó.

“El resultado fue una letanía de prácticas cuyos nombres son actualmente un sinónimo de la descarada falta de respeto a los Derechos Humanos: Guantánamo, las comisiones militares, los centros secretos de la CIA, las simulaciones de asfixia (‘water-boarding’) y otras ‘técnicas mejoradas de interrogatorio’, las entregas extraordinarias para la torturas encubiertas por ‘garantías diplomáticas’ insensatas”, denunció.

“Estos abusos, pese a presentarse en nombre de la conveniencia, probablemente han servido de impulso para nuevos atentados terroristas”, prosiguió HRW. Los responsables de estos abusos “perdieron la autoridad moral, socavaron la confianza en las fuerzas del orden” y sirvieron de excusa a Gobiernos “cuyo interés no era tanto combatir al terrorismo como utilizar esta retórica para silenciar a la oposición política”, agregó.

Por todas partes “proliferaron leyes antiterroristas excesivamente amplias y vagas” que contribuyeron a que “disidentes pacíficos hayan sido catalogados como terroristas y detenidos sin juicio”, recordó HRW. En numerosos países aumentaron “las torturas y las detenciones arbitrarias” con el argumento de que “es lo que hizo Bush”, lamentó la organización, en referencia al expresidente norteamericano George W. Bush.

A juicio de HRW, en la actualidad se asiste a “un progreso mundial en la reducción de los abusos cometidos en nombre del antiterrorismo, pero hay poca voluntad para pedir cuentas a los dirigentes que cometieron los abusos”. En este sentido, la organización recordó la frase “hay que mirar hacia adelante, no hacia atrás” utilizada por el actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para justificar su negativa a perseguir a los responsables de los abusos.

La falta de investigaciones por parte de “la mayoría” de los Gobiernos podría contribuir a que las torturas y otras violaciones graves de los Derechos Humanos se conviertan “de delitos criminales evidentes a opciones políticas permisibles”, advirtió la organización.