Rubèn Ramos


En su mensaje a la nación del 28 de julio último, el Presidente Humala, al asumir la presidencia de la república, dijo que el proceso que se inauguraba ese día, no sería “ni calco ni copia sino creación heroica”. Evocaba así el legado histórico de José Carlos Mariátegui (Perú, 1894-1930), nuestro pensador marxista y latinoamericano. Así lo han demostrado los pueblos que hoy lideran una opción liberadora, una opción democrática. Así ha quedado tangibilizado, como un primer avance de una opción similar, en Ica, departamento a 300 Km al sur de Lima la capital peruana.

Aquí se llevó a cabo durante los días 6 y 7 del presente mes de septiembre, encuentros públicos entre la población de ese departamento y los congresistas elegidos en las pasadas elecciones de mayo. El día 8 tuvo lugar una asamblea plenaria descentralizada del Congreso nacional. Se realizó en un polideportivo de la ciudad de Ica especialmente acondicionado.

Esta iniciativa, planteada por el Presidente del Parlamento peruano, expresa lo que el partido de gobierno entiende debe ser el rumbo de un proceso de cambios con participación social. Este es el elemento clave para concretizar la “inclusión social” que define el sentido del actual gobierno. Pues, sin participación de los actores sociales en la toma de decisiones no hay inclusión social que valga. Y lo ocurrido en Ica, (el departamento que sufrió el embate del terremoto de agosto del 2007), así lo prueba. Aquí fue la población de sus 43 distritos, ignorada por el gobierno aprista del señor Alan García, quien tuvo la oportunidad, de mostrar lo que fue el manejo corrupto de sus “comisiones ad-hoc para la reconstrucción”, de sus autoridades regionales y locales y de las donaciones internacionales. Tuvo también, la ocasión propicia para apuntalar propuestas de leyes y acciones que permitan acabar con la corrupción e iniciar, por fin, la reconstrucción que todos esperan.

Y es que como dijera el general Velasco, líder de la revolución peruana que se inició en 1968 y quedó trunca en 1975 por la felonía de quienes prefirieron entenderse con el FMI el Banco Mundial, el BID y la USAID, lo que fundamenta una opción revolucionaria (que no es otra cosa que una opción democrática), es “la participación como factor de identidad profunda, como piedra angular de toda formulación ideo-política…como distingo que políticamente diferencia e individualiza un proceso de cambios de otras posiciones”[1].

La iniciativa fue duramente cuestionada por los propios congresistas de las bancadas de “oposición” que consideraban como demagógica la idea, demasiado costosa, y sin sentido porque “el Congreso no tiene capacidad de gasto”. Los cuestionamientos vinieron igualmente de la prensa escrita y televisiva que veían en esto un despropósito porque no habría forma de manejarlo y no era otra cosa que “pura figuración” de parte del gobierno. Pese a todo, las audiencias públicas se realizaron y los congresistas tuvieron su baño de realidad pues la mayoría de ellos conocieron por primera vez los pueblos de Ica. Los del llamado “grupo de concertación” integrada por los 4 congresistas del APRA y dos tránsfugas más, no viajaron.

Como en el caso del “cuestionado” presidente ejecutivo de Devida, (la institución de lucha contra el narcotráfico), para quien los fantoches de la derecha mediática y de la “oposición” parlamentaria, pidieron su destitución, el gobierno no cedió ni a las presiones ni a los ataques. Demostró así que en el Perú de hoy, la derecha ya no sólo no pone presidentes, sino que sus chantajes perdieron vigencia.

La experiencia no es ciertamente, la mejor expresión de lo que es el sentido y significado de la participación, pero es un paso en la perspectiva de transitar de la democracia representativa a la participativa. Esta habrá de concretarse cuando el pueblo genere y trabaje sus propios organismos de representación y representatividad y haga suya la posibilidad de legitimar sus decisiones. Esto implica, a la par que la participación, procesos de movilización social orientados hacia una nueva institucionalidad participativa. Para esto, sensibilizar, motivar, capacitar y actuar, son desafíos ineludibles que habrá que concretizar más temprano que tarde.

*Sociólogo y educador peruano



[1] rubèn ramos: Velasco, el pensamiento vivo de la revolución.2009 ISBN:978-980-12-3923-9.