Diario Octubre
La OTAN y sus mercenarios están muy lejos de controlar Libia. Ante la falta de avances significativos en todo el país y el espectro de tener que enviar tropas terrestres regulares, la OTAN decidió una operación relámpago espectacular contra Trípoli para descabezar a las fuerzas patrióticas, desorganizarlas, crear el desánimo entre sus filas, conseguir el abandono de sus posiciones y una rendición masiva de las fuerzas leales.
El uso masivo de brutal potencia de fuego y de toda la tecnología electrónica y mediática de las fuerzas intervencionistas, consiguió crear la confusión entre los defensores de Trípoli. El factor sorpresa fue una baza importante para el éxito inicial de la operación OTANica.
Superado el desconcierto inicial, la reorganización de los defensores, que impide a las ratas invasoras dominar la capital, ha conseguido hacer fracasar la ofensiva relámpago sobre Trípoli, que pretendía derrocar de un rápido golpe al gobierno legítimo y desvertebrar su resistencia en todo el país. Este fracaso ha sido un duro contratiempo para los planes de la OTAN que ve acercarse la necesidad de envío de tropas terrestres regulares.
Al día de hoy, se encuentran bajo control de las fuerzas libias las mismas ciudades y territorios que antes de la “blitzkreig” sobre la capital del país, según indica el siguiente mapa de distribución de fuerzas:
http://www.krasnoe.tv/node/11012
La OTAN intenta por todos los medios conseguir la rendición del ejército libio y los guerrilleros leales, pues ya ha podido darse cuenta que, sin una intervención directa de sus fuerzas regulares será difícil doblegar la resistencia. Y este escenario es una verdadera pesadilla para la “Wermatch” atlántica, con cientos de miles de tropas estacionadas en otros frentes y sin conseguir que Sudáfrica y otros países de la OUA y el ALBA, se unan al carro de los saqueadores.
Por ahora, lo único que ha conseguido la OTAN es dejar claro ante el mundo su capacidad de entregar países al saqueo de los mercenarios que previamente a organizado, adiestrado y pagado con nuestros impuestos.