José Aníbal Ramos (*)
Victimas de la Operación «Plomo Fundido». Foto: archivo
El discurso de la presidenta argentina Cristina Fernández se centrará en la reivindicación territorial sobre las Islas Malvinas, ocupada por Gran Bretaña, y aspectos relacionados con los atentados sufridos en la década de los 90, bajo el gobierno de Menem: embajada israelí y AMIA.
Gran Bretaña, junto a los Estados Unidos, ambos pertenecientes a la OTAN, propiciaron en 1982 los bombardeos a las islas Malvinas y el hundimiento del buque argentino General Belgrano fuera de la zona de exclusión marítima impuesta por ellos mismos.
El Estado de Israel también habría colaborado en maniobras de espionaje en aquellos días de batalla por la defensa de la soberanía nacional que puso en riesgo ciudades en el continente como Rio Gallegos o la propia Buenos Aires.
La presidenta Cristina Kirchner vivió de cerca estos penosos acontecimientos donde los Estados Unidos violaron el T.I.A.R., Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, para aliarse a Gran Bretaña y la OTAN, quienes utilizaron todos los satélites e instrumentos de comunicación junto al más poderoso armamento convencional para doblegar la defensas argentinas contra el invasor colonial.
Hoy, las mismas fuerzas con otras excusas y armamentos, están agrediendo, asesinando e invadiendo a un pueblo amigo como el de Libia, más allá de los liderazgos circunstanciales, motivo por el cual Cristina Fernandez debiera repudiar los cobardes bombardeos de la OTAN, la misma de Malvinas, quien posiblemente avance como ya lo hizo con Irak y Afganistán, sobre Siria e Irán.
La presidenta ha optado por omitir una parte de la historia actual, absteniéndose de declarar contra la invasión colonial de la OTAN en Libia, una flagrante contradicción moral, difícilmente explicable, como comparar sutilmente, por similares, los atentados a las Torres Gemelas en Nueva York con los de Embajada de Israel y la AMIA, en Buenos Aires.
Soldados argentinos muertos por bombazos de la OTAN en 1982. Foto: archivo
EL Estado de Israel ha masacrado miles de seres humanos en territorios ocupados de Gaza, pero esto no es denunciado por el gobierno argentino, sino que se limita a reconocer el Estado Palestino, luego de reconocer desde hace muchos años al ocupante Estado de Israel.
Tal vez será que el lobby pertinente hace que la presidente no enfoque atinadamente los procesos de invasión, ocupación, bombardeos, asesinatos y haya diversos colonialismos y ocupantes invasores o haya tal vez, además, dos Gran Bretañas, una, la que ocupa las Islas Malvinas, y otra, la que ocupa Libia? Tal vez existan, también dos Israeles: uno invasor y genocida Estado deMedio Oriente, y el otro, pacífico en la Argentina.
La coherencia política debe ser un valor inclaudicable a la hora de hablar de descolonización en las cada vez menos unidas Naciones Unidas.
*soldado argentino clase 62