Un violento escenario de represión policial en un país que profundiza las desigualdades sumergido en un conservador liberalismo económico.



Marcela Repossi*

Desde Santiago de Chile

Días de incertidumbre viven los estudiantes chilenos que encabezan el reclamo por la gratuidad que marca un antes y un después en la historia del país trasandino. Al cumplirse 1800 horas de la protesta que iniciaron para pedir una educación gratuita, igualitaria y de calidad, el gobierno del conservador Sebastián Piñera no ha dado respuestas que satisfagan la demanda estudiantil. Recordemos que este histórico reclamo, el más multitudinario desde el regreso de la democracia en 1990, es apoyado casi por la totalidad del pueblo chileno. Por el contrario, Piñera responde con represión y respaldo a la policía, especialmente después del asesinato del adolescente Manuel Reynoso de 16 años la noche del 25 de agosto.

Una convocatoria al diálogo en la que Piñera afirmó que “siempre el gobierno quiso solucionar el conflicto pacíficamente” e insinuó que los manifestantes no lo eran, es otro capítulo que se abre ya que los miembros de la CONFECH (Confederación de estudiantes chilenos) decidieron escuchar la propuesta este martes en La Moneda.

Haciendo un breve recorrido por la historia de la educación del hermano país, se observa que, con la llegada de la dictadura de Pinochet se terminó con la educación gratuita en todos sus niveles. Ésta violenta dictadura no sólo se cobró la vida de miles de personas sino que arrasó con todo tipo de derechos de los ciudadanos chilenos incluido el de estudiar en forma gratuita. En la actualidad Piñera intenta sostener a como dé lugar ese tipo de medidas que tanta postergación e injusticia trajeron al hermano país.

Otro dato a tener en cuenta es que Piñera afirmó que “la educación es un bien de consumo”, considerando a la inversión pública en educación como generadora de déficit y no como una inversión estratégica para el país.

Algunas de las demandas del movimiento estudiantil son: la Reforma Constitucional ya que para sancionar una ley en el Congreso se requieren mayorías muy amplias y casi inalcanzables.

También demandan una Reforma fiscal para que cada ciudadano pague sus impuestos acorde al patrimonio que se posee, es decir, según el nivel de ingresos. En ese sentido los dirigentes estudiantiles afirmaron que con eso se generarán mayores aportes al tesoro nacional para invertir en Educación.

Otro punto referido por el movimiento es la realización de un plebiscito mediante el cual la ciudadanía exprese si está de acuerdo o no con la gratuidad en la educación y con terminar con el lucro de la educación. Los dirigentes estudiantiles sostienen que uno de los puntos centrales por los que la Educación es privada es porque hay un gran lucro vinculado a la publicidad y los préstamos bancarios entre otros.

Por otra parte, los movilizados proponen que se discuta la desmunicipalización de la educación, ya que una parte del presupuesto que recibe la educación primaria y secundaria proviene de los municipios. Los estudiantes de la FECH afirman que como hay municipios con más recursos y otros con menos, esto redunda en inversión económica proporcional, es decir unos municipios invierten más que otros y se genera educación de diferentes categorías dependiendo de la región. Para esto piden una centralización de la inversión desde el Estado Nacional.

La caótica situación del transporte público y los estudiantes

Otro de los conflictos que tienen los estudiantes tiene que ver con el transporte hacia los centros de estudios. Existe una tarjeta de descuento para que puedan obtener un boleto más económico mientras están estudiando. La cuestión es que los choferes de ómnibus cobran sus salarios a destajo. “Ésta situación lleva a que algunas veces los colectivos no paren cuando ven estudiantes, para aprovechar el espacio y llevar a quienes pagan el boleto más caro”, afirmó María José Osorio, estudiante de Administración Pública de la Universidad de Chile. Agregó que “una vez el chofer me bajó del ómnibus amenazándome con un palo” porque prefería que suban otros pasajeros que pagan el boleto completo ya que eso le generaba más rentabilidad.

Contrastando con Argentina

Si se realiza una breve comparación con Argentina se puede observar que la educación es un derecho constitucional consagrado y es considerada una inversión para el desarrollo del país. En ese sentido, la Constitución Nacional no sólo garantiza la gratuidad en los tres niveles de enseñanza sino que en el 2005, el Presidente Néstor Kirchner, sancionó la ley de Financiamiento educativo que prevé alcanzar una inversión del 6% del PBI.

Actualmente en Argentina, lo destinado a Ciencia y Tecnología es prioridad. La creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología (2008), la exposición y feria de Ciencia del Bicentenario Tecnópolis -que la visitaron más de 1 millón de personas-; la reciente creación del canal estatal de ciencia denominado con el mismo nombre y la consolidación del ya conocido canal Encuentro del Ministerio de Educación de la Nación son algunas de las políticas que van en ese sentido.

Las más de 50 mil becas Bicentenario otorgadas a los estudiantes de carreras prioritarias para el crecimiento del país, los constantes aumentos presupuestarios a las Universidades públicas y las partidas para infraestructura, conjuntamente con la creación de las 9 Universidades Nacionales en el gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En un breve repaso, no se puede dejar de mencionar el programa “Conectar igualdad” que apunta a disminuir la brecha tecnológica entre los estudiantes que tienen acceso a la tecnología y los que no. Se trata de la entrega de netbooks, al mismo tiempo que motiva a los adolescentes a completar el nivel de educación medio ya sea para lograr una mejor inserción en el mundo del trabajo o para comenzar los estudios universitarios.

En la reflexión acerca de la situación en Chile, tal vez sea necesario repasar algunas de las enseñanzas que dejó Paulo Freire: «Los representantes del Estado hablan en la televisión o en discursos políticos y dicen que la educación para tal o cual gobierno es una prioridad. Es fundamental que los educadores discutan el concepto de prioridad. La prioridad que no se manifiesta económica y financieramente es una mentira ¿Cómo puede el pueblo creer en un gobierno que dice que la educación es prioritaria si las escuelas se están cayendo?”.

*Periodista y Docente Universitaria