Agencias- Aporrea.org
Bogotá, septiembre 28 – El rostro salvaje del capitalismo vuelve a aparecer en Colombia, esta vez teniendo como víctimas a los niños de ese país. El cierre sistemático de clínicas infantiles y servicios de pediatría en clínicas privadas puso en evidencia que para algunos mal llamados médicos la salud es un negocio, y cuando se trata de la infancia, dicen que no es ‘rentable’ como si se tratara de una venta de comida.
Clemencia Mayorga, directora de la junta directiva de la Sociedad Colombiana de Pediatría, Seccional Bogotá aseveró que el servicio pediátrico es un negocio “no rentable” para los prestadores.
“Este es un tema de rentabilidad. Las clínicas y hospitales consideran que no es un buen negocio tener camas abiertas para pediatría porque el tipo de enfermedades que sufren habitualmente los niños no requieren tratamientos de alto costo”, dijo Mayorga e hizo un listado de las instituciones bogotanas que han acabado con sus unidades pediátricas en los últimos tres años: la Clínica de Occidente, la Clínica Policarpa, Epsiclínicas, la Clínica Partenón y ahora la Clínica Palermo. “¿Esto qué quiere decir? Que no es una situación aislada sino una crisis que se está acumulando. Entonces ¿qué vamos a hacer? ¿Dónde se van a atender los niños si este no es un buen negocio? ¿Qué papel tienen los entes reguladores y el Estado para impedir el cierre de camas?”.
Con Clemencia Mayorga estuvo el gerente de la Cooperativa de la clínica Palermo, Orlando Gómez Corredor, quien aseguró que parte del problema se debe también a la subvaloración de su profesión: “La pediatría se está convirtiendo en una profesión para pacientes de primer y segundo nivel. El fondo de todo esto es el sistema de contratación, el sistema de salud, las tarifas a las que se ven obligadas a pactar las instituciones”.
Mayorga enfatiza que la salud se ha convertido en “un negocio” en el que reina “la ley de la oferta y la demanda”, y en ese escenario los servicios de pediatría se están traduciendo en pérdidas para las clínicas y hospitales. “Aquí es cuando tienen que entrar a mediar los entes reguladores para imponer unas condiciones económicas que hagan que el servicio sea viable. Porque «el problema es tarifario».
¿Qué dirá el Estado colombiano a ésto?